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sábado, 15 de enero de 2011

El presidente tunecino Ben Ali elige Arabia Saudí para su exilio


El presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali ha llegado esta noche a Jeddah, en Arabia Saudí, según las autoridades de este país.

"El avión en el que se encuentra el presidente Ben Ali ha aterrizado en Jeddah", reveló una fuente saudí anónima a la agencia Afp. Posteriormente, la Casa Real saudí lo confirmaba en un comunicado difundido por la agencia estatal de noticia SPA. Al parecer, su esposa, Leila Ben Ali, había llegado al país en un vuelo anterior.

En la nota, el gobierno saudí dice que debido a las excepcionales circunstancias que vive el pueblo de Túnez, donde el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, ha asumido la presidencia interina, "han recibido en su país a Ben Ali y a su familia".

El Gobierno saudí aduce las circunstancas excepcionales de Túnez para admitir al 'apestado', antaño amigo de las grandes potencias europeas. El primer ministo, Mohamed Ghanuchi, es ahora presidente interino. Ha prometido pilotar una transición democrática y esta mañana se afanaba en calmar la situación con una larga intervención en la televisión estatal.

Túnez despierta así a una mañana incierta. Ghanuchi ha convocado para hoy una reunión con los principales partidos de la oposición legal. El objetivo es formar un Gobierno de coalición que tenga el favor de los tunecinos y preparar el país para celebrar elecciones. Tendrán que afanarse en las reformas porque la calle tunecina le ha perdido el miedo a reivindicar sus derechos.

Durante la noche los disturbios continuaron, pese al toque de queda decretado desde las 17.00 a las 7.00 horas. Se produjeron incidentes, enfrentamientos y se quemaron establecimientos, entre ellos una clínica en la capital. De madrugada, helicópteros sobrevolaban la capital y los soldados se afanaban en mantener el orden. Hay varios detenidos.

Zine El Abidine Ben Ali, que ha gobernado Túnez durante 23 años, dejó el país este viernes después de las protestas sin precedentes contra su Gobierno que fueron sangrientamente reprimidas.

Su avión había sobrevolado previamente el espacio aéreo maltés en dirección "hacia el norte", según un portavoz del gobierno maltés.

Un avión tunecino aterrizó en la ciudad italiana de Cagliari, en la isla de Cerdeña, y eso generó cierta confusión. Sin embargo, no era el avión del presidente de Túnez.

La Policía italiana constató que a bordo del avión viajaban dos pilotos, uno de ellos de nacionalidad francesa, y una azafata, quienes pidieron aterrizar en el aeródromo sardo por encontrarse sin combustible.

Con este desmentido, se ponía fin a casi dos horas de misterio, después de que el diario italiano 'La Repubblica' anunciara que un avión Falcon había aterrizado en el aeropuerto de Cagliari, asegurando que a bordo viajaba Ben Ali.

En todo este tiempo, se llegó a especular con la posibilidad de que el avión aterrizado en Cerdeña fuera, incluso, una estratagema para despistar sobre el verdadero paradero del mandatario, después de que en un principio se asegurara que tenía intención de dirigirse a Francia.

¿Qué futuro le espera a Túnez?

Ben Alí ha salido del país junto a su mujer, Leila Trebelsi, y varios de los poderosos miembros del clan de su familia política, a quienes la oposición acusa de haber vaciado las arcas del Estado.

Pocos de los tunecinos que le aplaudieron el 7 de noviembre de 1986, cuando derrocó al primer presidente del país, Habib Burguiba, imaginaban que su régimen acabaría de esa manera.

El hasta ahora primer ministro ha tomado el mando y se ha comprometido a "poner en marcha todas las reformas sociales y políticas que han sido anunciadas en colaboración con los partidos políticos y los actores de la sociedad civil".

Entre esas medidas anunciadas figura el adelanto de las elecciones legislativas, aunque Ghanuchi no hizo referencia alguna en su intervención a convocatorias electorales.

El nuevo presidente interino goza de una relativa buena reputación en el país como tecnócrata y no se ha visto involucrado en los casos de corrupción del régimen.

Continúan las protestas

Pocas horas después de que el presidente de Túnez, Zine el Abidine Ben Ali, dimitiera y abandonara el país tras las sangrientas protestas de las últimas tres semanas, la estación central de la capital amaneció en llamas.

El primer ministro Mohamed Ghannouchi, que asumió interinamente las funciones tras la dimisión de este viernes, destacó en la televisión estatal que el país en materia de seguridad está inmerso en un caos.

Recomendó que los habitantes de la capital se reunieran en grupos para proteger sus bienes. Según algunos vecinos, también había supermercados en llamas. Testigos indicaron que se habían registrado saqueos y que había helicópteros sobrevolando la ciudad con las luces encendidas.

Más de 10.000 personas habían salido a manifestarse a las calles y a exigir la renuncia del presidente. Los manifestantes coreaban, entre otras consignas, "No a Ben Ali" y tachaban al presidente de "mentiroso".

Muchos tunecinos se congregaron frente al Ministerio del Interior, responsable de las fuerzas de seguridad, al que calificaban "Ministerio del Terror". La policía reaccionó tirando gas lacrimógeno.

El embajador tunecino de la UNESCO, Mezri Hadded, también presentó su renuncia a raíz de los actos de violencia. Hubo además protestas masivas en las ciudades de Ben Guerden y Kasserine y en la región de Sidi Buzid.

En la noche del viernes se oyeron disparos en el centro de la capital, pero después de la medianoche había silencio.

Ben Ali, que ocupó la presidencia durante casi un cuarto de siglo, disolvió a media tarde el Gobierno y convocó elecciones parlamentarias anticipadas para dentro de seis meses. Además, encargó a Ghannouchi que formara un gobierno de transición hasta entonces.

Se ha declarado el estado de emergencia en todo el país y entre las 18:00 de la tarde y las 6:00 de la madrugada se ha instaurado el toque de queda.

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