.

.

sábado, 22 de enero de 2011

Estudian sanciones contra el cura que consideró 'mil veces peor violar la fe que a una hija'

Al principio, el público se desternilló de la risa, creyendo que la irrupción de un cura en el escenario formaba parte del espectáculo. La súbita aparición de Jorge Gómez encajaba de maravillas pues los actores interpretaban ante unas 8.500 personas 'Educación Sexual Moderna', una obra satírica del grupo Les Luthiers acerca de un joven sacerdote que comienza a dudar de su vocación religiosa y sobre todo de su celibato.

Los asistentes al Festival Nacional del Chivo, en la localidad de Malargüe (Mendoza), se percataron de que la cosa iba en serio cuando el religioso le arrebató el micrófono a un actor y expresó con furia que violar la fe es el peor de los delitos y que cuando una sociedad se ríe de las creencias de la Iglesia, esa sociedad ya está destruida.

El cura subió al escenario en el que un grupo realizaba números cómicos y pidió que sea interrumpida la actuación porque se estaba dañando la moral del pueblo, "que es católico". "No voy a permitir que ensucien mi castidad. Les voy a pedir a los muchachos que canten otra canción", dijo Gómez. Para rematar su monólogo, el religioso exclamó: "!Violar la fe es mil veces peor que violar a una hija!".

En un instante, mientras el religioso seguía despotricando contra la "cultura del vicio", la audiencia se dividió en dos bandos. La mayoría aplaudió la intervención celestial -"Malargüe es católico" murmuraban los contritos-, mientras que unos pocos protestaban, pidiendo que se reanudara la función o que les devolvieran el dinero de la entrada.

Si lo que Jorge Gómez pretendía era ganarse la aprobación de sus superiores, su equivocación fue mayúscula. Lo que menos desea la Iglesia Católica en Argentina es que un espontáneo le haga publicidad a sus dogmas y menos de la forma en que lo hizo el inspirado Jorge 'Pato' Gómez, con su atrevida actuación. No es oportuno para la curia que se agiten esas aguas, cuando varios de sus pastores están en la mira de la Justicia y de la opinión pública por presuntos actos de pedofilia.

Por ello, las autoridades eclesiásticas se desmarcaron rápidamente de las afirmaciones del párroco, calificando de "grave, ofensiva y desafortunada" la comparación que hizo entre atentar contra la fe y que un padre o una madre abusen sexualmente de su hija. Un portavoz del obispado, el padre Marcelo de Benedectis, afirmó que "sin duda lo que dijo el padre no es la expresión más feliz" y anunció que el sínodo sacerdotal espera a que Eduardo María Taussig, obispo de la provincia de Mendoza, regrese de Roma para resolver qué sanción le corresponde a Gómez.

Algunos de sus correligionarios piensan que merece un castigo ejemplar, como prohibirle que oficie misa e incluso suspenderlo de sus funciones no sin que antes se disculpe en público por el escándalo que armó en aquel escenario. "Justo ahora que la Iglesia se empeña en tender puentes hacia los hermanos laicos y que busca purgar de sus filas a los (curas) que mancillaron su ministerio, aparece esta persona con sus herejías. Desde que tengo conciencia nunca había sentido tanta rabia y que Dios me perdone por eso", dijo a AUGIRONA Ariel Ramírez, un párroco del distrito del departamento mendocino de Luján de Cuyo.

El Instituto Contra la Discriminación (INADI) adelantó por medio de su titular, Claudio Morgado, que piensa hacerse parte de una denuncia civil contra Jorge Gómez, por la gravedad de sus expresiones y el eco que puedan tener, tratándose de una persona que habla a la conciencia de los creyentes.

En su intento por deshacer la maraña que lo envuelve, el cura de Malargüe dijo al canal Todo Noticias que "la violación de un niño es una violación terrible para la sociedad" y que "las dos cosas son abominaciones rechazadas por Dios, tanto la violación de una hija como la violación de la fe". Respecto a lo que decenas de personas escucharon, cuando se apoderó del micrófono, el sacerdote alegó que esas afirmaciones fueron sacadas de contexto.

No hay comentarios: