Mientras su aerolínea hace vuelos de prueba para reanudar pronto operaciones, cinco azafatas de la quebrada Mexicana de Aviación firmaron este viernes un contrato con la revista Playboy México para aparecer desnudas en la edición de abril.
Vestidas como "conejitas" de la revista, las sobrecargos dijeron ante periodistas y fotógrafos que lo hacen "por necesidad y para poder pagar" sus deudas y que no pidieron permiso a la empresa ni al sindicato.
"Es un derecho que tenemos y en el contrato no dice que no lo podemos hacer", declaró Rosy Arcos.
Las jóvenes desempleadas ya habían dado el paso de mostrarse sensuales en un calendario inspirado en el mundo aeronáutico, que salió el año pasado y que ahora tendrá una segunda edición.
"Esta vez habrá bikinis más chicos y aviones más grandes", dijo Samantha Vázquez, que aparece en el mes de septiembre en la nueva edición del calendario de 2011, la cual empezará a circular en Ciudad de México el viernes.
Este número de Playboy México circulará también en Colombia, Venezuela y Estados Unidos y "será uno de los más importantes del año", dijo el director de la publicación, Alfredo Cedillo.
"Como fenómeno mediático es importante, como negocio ya veremos", agregó el editor.
Las chicas expresaron su esperanza de regresar a trabajar a Mexicana y de recuperar su vida laboral normal: "Tenemos la esperanza de volver a volar, pero seguimos en pie de lucha", indicó Itzel Aguilar.
Bailarán con el venezolano Ricardo Montaner
Al mismo tiempo, nueve de las azafatas hicieron un trato con el venezolano Ricardo Montaner para aparecer en un video del tema "Soy feliz". "Harán coros y algunas coreografía", informó el manager y fotógrafo de las sobrecargos, Ernesto Gilabert .
El primer calendario que hicieron se vendió en cuestión de horas. En el segundo aparecen solamente nueve de las diez chicas que participaron en el anterior y se editarán 150.000 ejemplares.
Las sobrecargos harán también una gira de firma de calendarios en varias ciudades mexicanas, como Puebla, Acapulco, Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
"Al pricipio fue difícil. No son modelos y se les tuvo que instruir", dijo Gilabert, pero "ahora ya parecen unas profesionales".
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