Alan Johnson era uno de los políticos más apreciados del laborismo. Y no sólo por su condición de hombre hecho a sí mismo. También por las dotes de comunicador que lo ayudaban a conectar con el ciudadano de pie, al que le unían sus raíces obreras y sus orígenes como cartero y mozo de almacén. Detalles que no evitaron que Johnson clausurara ayer su carrera política por motivos "personales y familiares". Un eufemismo que escondía un secreto que enseguida desvelaron los tabloides: su segunda esposa Laura lleva años engañándole con su guardaespaldas.
Johnson era el portavoz económico del laborismo y la mano derecha del nuevo líder del partido Ed Miliband. En los últimos meses se habían cuestionado sus conocimientos económicos por sus errores en las entrevistas. Miliband lo había respaldado en el cargo. Pero eso no había frenado los rumores en torno a su continuidad. Ahora se sabe que su renuncia no tiene nada que ver con la política. Es el fruto de la infidelidad de su mujer.
Johnson con su mujer. | Daily Mail
El amante responde al nombre de Paul Rice y era el escolta de Johnson durante sus años como ministro del Interior (2008-2010). Anoche Scotland Yard anunció que abriría una investigación sobre los hechos y suspendería en las próximas horas al agente, que trabajaba ahora como escolta de la ministra de Interior Theresa May.
Según la prensa británica, la infidelidad ha dinamitado el matrimonio de Johnson, que durmió anoche en su circunscripción de Hull. Lejos del domicilio que hasta ahora compartía con su mujer. Laura es su segunda esposa. Con la primera se casó siendo muy joven y tuvo tres hijos. A Laura (47 años) se unió en 1991 y tienen un hijo: Oliver.
Scotland Yard confirmó ayer que había abierto un expediente sobre Rice pero no dijo nada sobre las informaciones de la prensa. "Ciertos asuntos en relación con el servicio de escoltas se enviaron ayer al departamento de asuntos internos", ha dicho un portavoz, "pero no estamos en una posición de comentar nada en este momento".
La renuncia de Johnson desencadenó ayer una profunda remodelación en el equipo de Ed Miliband. El cambio más relevante tiene que ver con el puesto de Johnson, que asumirá el ambicioso Ed Balls: hombre cercano a Gordon Brown y arquitecto de la política económica del nuevo laborismo. La esposa de Balls, Yvette Cooper, asumirá la portavocía de Interior y Douglas Alexander asumirá la de Exteriores.
La renuncia de Johnson es la primera crisis grave que afronta el nuevo líder laborista, que arrebató el puesto a su hermano David a finales de septiembre gracias al respaldo de los votos de los sindicatos. Desde entonces, Ed Miliband ha mantenido un liderazgo por la mínima en los sondeos y ha logrado un buen resultado en la elección de Oldham. Pero eso no le ha apartado de la diana de los analistas, que lo han criticado por sus titubeos y su política económica, demasiado complaciente con el legado laborista y demasiado tibia en la reducción del déficit público.
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