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miércoles, 16 de junio de 2010

Honduras y el balón como herramienta política


La selección hondureña no es de las que posean una trayectoria futbolística de lo más granado. Tan sólo ha tenido una participación mundialista allá por el año 1982, cuando cayó en primera ronda sin haber ganado un solo partido, por lo que su actuación en Sudáfrica será la primera para toda una generación de hondureños que espera impaciente el debut de su equipo ante Chile [miércoles, a partir de las 13.30 horas].

Sin embargo, el fútbol ha sido extrañamente importante en Honduras por su relación con algunos acontecimientos políticos. No en vano, Honduras fue uno de los contendientes de aquella que se conoció como 'La guerra del fútbol' y que inmortalizó el reportero Ryszard Kapuscinski. Concretamente, así se conoció al conflicto que se produjo duante las eliminatorias de clasificación para el Mundial de México en 1970, y aunque muchos consideran que aquellos partidos entre las selecciones de Honduras y El Salvador no fueron más que un pretexto para el desencadenamiento de la batalla, lo cierto es que el conflicto dejó una cifra entre los 2.000 y los 6.000 muertos.

La clasificación para el Mundial de Sudáfrica también llegó en un momento muy delicado para Honduras, ya que el partido definitivo se disputó en el mes de octubre, precisamente, frente al combinado salvadoreño. Los hondureños necesitaban ganar a toda costa y que los costarricenses no hicieran lo propio frente a Estados Unidos, que ya tenía la clasificación asegurada. Los hondureños hicieron sus deberes oportunamente, pero los estadounidenses no lograron el empate frente a los 'ticos' hasta el último minuto, por lo que la clasificación se logró de forma agónica.

La clasificación, como se ha dicho, se produjo en octubre, pocos meses después de que Honduras viviese un golpe de Estado -según lo calificaron algunos organismos internacionales- en el verano de 2009 y se encontrase a la espera de la celebración de unas elecciones que no tendrían lugar hasta el mes de noviembre y que significaron el ascenso de Porfirio Lobo al poder.

Salvando las enormes distancias, cuantificables en el dispar número de víctimas mortales con respecto a la guerra del fútbol, la política volvía a mezclarse con el deporte, ya que en mitad del conflicto tuvo lugar la clasificación de Honduras para el Mundial de Sudáfrica. Por esta razón, hemos hablado con el gran mito del fútbol hondureño, Héctor 'Pecho de Águila' Zelaya -autor del primer gol de la historia mundialista de su país, precisamente frente a España en 1982-, para que nos ofrezca su punto de vista sobre la siempre apasionante relación entre fútbol y política.

"La clasificación verdaderamente sirvió para amortiguar todos los problemas que atravesaba el país. Aquello fue una verdadera demostración de alegría y la gente logró opacar aquellos problemas que nos afectaban", nos cuenta Héctor Zelaya. Le preguntamos al ex futbolista si la clasificación hubiera conseguido fundir en un mismo abrazo a Manuel Zelaya y a Roberto Micheletti -los dos dirigentes que se disputaron la presidencia en los días del golpe de Estado-, y 'Pecho de Águila' nos responde que eso "habría sido demasiado difícil ya que había demasiadas asperezas. Pero es verdad que la clasificación supuso una verdadera fiesta para el resto de la población en la que no cabían colores políticos, ya que todo el mundo se fundió en un mismo abrazo".

Otra muestra de la relación entre fútbol y política nos llega de la mano del mismísimo 'Pecho de Águila', ya que éste recibió una oferta para convertirse en diputado del parlamento, tal y como ocurrió con quien fuera entrenador de la selección hondureña en el Mundial de 1982, José de la Paz Herrera. Pero a diferencia del técnico, Héctor Zelaya declinó la oferta por una razón: "Quiero vivir una vida tranquila", según reconoce. En la actualidad, el mito hondureño se dedica al cultivo de café y dirige una asociación que se llama 'Fútbol para la vida' y que es una iniciativa "más social que futbolística, ya que el balón es un medio y el fin es llevar a los niños a la escuela. Y ha funcionado, porque la gente está contenta y cada vez acogemos a más niños", según declara satisfecho Zelaya.

Volviendo a aquellos días políticamente conflictivos en los que la selección conquistó su pasaje a Sudáfrica, el periodista deportivo hondureño Heribaldo Laínez también se encarga de recordarlos. "Aquello sirvió para desintoxicar a la gente del problema político que estábamos viviendo. Eran tiempos muy complicados y la clasificiación supuso una especie de unificación del país", reconoce Laínez. Para concluir, Héctor Zelaya echa la vista atrás y sostiene con rotundidad: "Visto lo visto, si queremos un proyecto de país hay que involucrar a la selección, porque es una forma evidente de unir a los pueblos".

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