Las frases de Rajoy causaron gran conmoción en Génova, donde una gran mayoría daba por seguro, hasta hace unos días, que si Camps se sentaba en el banquillo, la dirección del partido tomaría decisiones radicales en Valencia, a pesar de que el barón valenciano había sido el gran apoyo del presidente del PP en los momentos más duros. "El discurso de Rajoy de que será implacable con la corrupción impide la inacción", señalaba un dirigente popular. Además, aunque nadie sabía con total seguridad lo que haría el presidente valenciano en caso de que se confirmaran los peores augurios, todos creían que finalmente dimitiría.
Por otro lado, y pese a la preocupación de que un líder autonómico del peso de Camps sea imputado por corrupción, el PP respira con cierta tranquilidad, convencido de que cualquier candidato popular podrá conservar el poder en Valencia. La alcaldesa valenciana, Rita Barberá, se presenta como la sustituta más probable, aunque la propia Barberá ha apoyado en público la candidatura de Camps. Otros nombres que figuran en la lista son el del alcalde de Castellón, Alberto Fabra, y el del secretario de comunicación del PP, Esteban González Pons.
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