La noticia de que líderes sudamericanos estaban dispuestos a boicotear la cumbre euroamericana de Madrid eclipsó un anuncio de mucho mayor calado y conflictividad: la decisión de la Comisión Europea de relanzar las negociaciones con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), bloqueadas desde 2004. Es uno de los principales objetivos del Gobierno español, que quiere que la cumbre de Madrid, más allá de la retórica, abra una nueva etapa en las relaciones de la UE con América Latina. A la firma de los acuerdos con Perú y Colombia, ya cerrados, debe acompañarle otro con Centroamérica, que se ultima estos días en Guatemala. Con Mercosur sólo se aspira a aprobar una declaración política que desbloquee las negociaciones.
Esto ha sido suficiente, sin embargo, para abrir la caja de los truenos. El principal sindicato del campo francés (FNSEA) exigió el miércoles al presidente Nicolas Sarkozy que vetara las negociaciones. Ayer, el ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire, y la secretaria de Estado de Comercio Exterior, Anne Marie Idrac, advirtieron a la Comisión Europea de que "no puede llevar a cabo unas negociaciones que corren el riesgo de poner en cuestión la agricultura francesa y europea", y agregaron que el mandato negociador aprobado en 1999 subordinaba el acuerdo con Mercosur a la conclusión de la ronda de Doha, de la OMC, lo que ha servido como pretexto para bloquearla. Como si se tratara de dinamitar cualquier avance, ayer se filtró en Bruselas un informe según el cual el acuerdo con Mercosur podría acarrear "grandes pérdidas" para la agricultura y ganadería europeas. Y específicamente para las cinco regiones españolas: Cantabria, Asturias, Murcia, Aragón y Navarra.
Esto ha sido suficiente, sin embargo, para abrir la caja de los truenos. El principal sindicato del campo francés (FNSEA) exigió el miércoles al presidente Nicolas Sarkozy que vetara las negociaciones. Ayer, el ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire, y la secretaria de Estado de Comercio Exterior, Anne Marie Idrac, advirtieron a la Comisión Europea de que "no puede llevar a cabo unas negociaciones que corren el riesgo de poner en cuestión la agricultura francesa y europea", y agregaron que el mandato negociador aprobado en 1999 subordinaba el acuerdo con Mercosur a la conclusión de la ronda de Doha, de la OMC, lo que ha servido como pretexto para bloquearla. Como si se tratara de dinamitar cualquier avance, ayer se filtró en Bruselas un informe según el cual el acuerdo con Mercosur podría acarrear "grandes pérdidas" para la agricultura y ganadería europeas. Y específicamente para las cinco regiones españolas: Cantabria, Asturias, Murcia, Aragón y Navarra.
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