Los dirigidos por Aguirre obtuvieron la tabla anual y mantuvieron el invicto en el Torneo Clausura. Ahora Peñarol piensa en las finales del Campeonato Uruguayo, donde enfrentará a Nacional.
Buena disposición táctica, individualidades, actitud, condición física y fortuna son un compendio de realidades que explican el momento de Peñarol en el torneo Clausura y el invicto que mantiene al cabo de 14 fechas.
Ayer el equipo aurinegro tenía una prueba de fuego, visitaba a Danubio en su reducto de Jardines del Hipódromo y además no contaba con todo su potencial ya que tres titulares, a último momento, no participaron del partido (Pacheco, Orteman y Darío Rodríguez) a ellos había que sumarle la lesión de Gerardo Alcoba y la suspensión de Egidio Arévalo Ríos.
Con esto queda claramente marcado que Diego Aguirre utilizó medio equipo para jugar con Danubio y exponer su invicto en un reducto siempre complicado.
El partido fue vibrante, a los pocos minutos de iniciarse el juego comenzó una lluvia que cambió el estado del campo, favoreciendo a los futbolistas más livianos.
El primer tiempo fue muy equilibrado, con el buen pie de los volantes danubianos y una tarde muy buena de Alvaro Recoba, el local tuvo varias llegadas.
Peñarol contrarrestó este juego con pelotazos cruzados aprovechando la velocidad de Martinuccio y Urretaviscaya.
Varias fueron las situaciones de gol para ambos equipos, sin embargo faltó puntería y además los dos arqueros tuvieron contenciones muy valiosas.
En el complemento llegaron los goles, Alvaro Recoba con todo su talento marcó la apertura para los franjeados en un gol de antología.
A partir de ese momento fue Danubio quien dominó las acciones, el propio "Chino" Recoba estuvo a punto de marcar el segundo pero el balón caprichosamente no quiso entrar.
Diego Aguirre jugó sus piezas, le dio ingreso a Bosco Frontán y Diego Alonso, el primero no aportó nada y el segundo sería clave para marcar el gol de la victoria.
Pero al margen de los cambios, quien jugó un rol protagónico fue el volante Carlos Grosmuller expulsado por un insulto al árbitro Héctor Martínez.
Insólita expulsión del volante franjeado que hipotecó la chance de su equipo.
Peñarol con mucha paciencia trabajó el partido, primero fue Gastón Ramírez con notable definición quien marcó la igualdad y el experiente Diego Alonso le puso la frutilla a la torta con el segundo gol que sería triunfal para Peñarol.
Los minutos finales transcurrieron sin variantes por encima de alguna jugada aislada del "Chino" Recoba, la suerte de Danubio estaba echada y los aurinegros mantuvieron el invicto en Jardines del Hipódromo.
Peñarol ganó la tabla anual y llega con mejores posibilidades a las finales con Nacional en una definición infartante del torneo Uruguayo.
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