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lunes, 26 de abril de 2010

Los últimos sondeos de las elecciones británicas fortalecen a los 'tories'

El líder de los liberales-demócratas, Nick Clegg, declaró ayer que Gordon Brown no seguirá siendo primer ministro si el Partido Laborista queda tercero en votos en las elecciones del 6 de mayo, con independencia de que pueda llegar a ser la formación con más escaños en el Parlamento debido a la particularidad del sistema electoral. Con sus declaraciones, Clegg pareció postularse a sí mismo como primer ministro si los laboristas quieren seguir gobernando, porque en ese escenario los liberales tendrían la legitimidad de haber obtenido más apoyo popular.

Sus declaraciones coinciden con una oleada de sondeos en la prensa dominical que confirman que los conservadores difícilmente lograrán su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta, lo que dejaría en manos de Clegg la formación de Gobierno. Sin embargo, y a pesar de que hay cierta disparidad de resultados, los sondeos consolidan el liderazgo conservador en porcentaje de voto, con cifras que oscilan entre el 34% y el 36%.

También consolidan las buenas expectativas de los liberales, que son segundos en cuatro de los cinco sondeos con tasas de entre el 28% y el 31% de los votos, aunque uno de ellos les da tan sólo el 23%. Los peor parados son los laboristas, que quedarían terceros con entre el 26% y el 28%, aunque uno les otorga el 30%.

Las declaraciones de Clegg, en el programa The Andrew Marr Show de la BBC, son muy significativas precisamente porque los sondeos auguran que Gordon Brown quedará tercero en porcentaje de votos, aunque a pesar de su descenso en esta tanda de encuestas aún podrían obtener más escaños que los conservadores.

Clegg confirmó que el partido que quede primero en votos y también en escaños debería formar Gobierno aunque no consiga la mayoría absoluta, abriendo las puertas a un Gobierno minoritario de David Cameron. Aunque no aclaró con quién pactarían los liberales-demócratas si los tories ganan en votos y los laboristas en escaños, sí dejó claro que los laboristas no podrán ocupar el cargo de primer ministro si quedan en tercer lugar. "Sería absurdo que el partido que queda tercero en votos siga teniendo el derecho de ocupar el número 10

[de Downing Street, residencia del primer ministro]", declaró.

Sus declaraciones parecen tener un doble objetivo. Por un lado, contrarrestar el efecto negativo que puede estar teniendo para su partido la propaganda de los conservadores de que votar liberal-demócrata significa mantener a Gordon Brown en el poder. Y, por otro, empezar a poner precio a una eventual alianza con los laboristas.

En su entrevista con Andrew Marr insistió, como ha venido haciendo durante la campaña, que pactará con quien acuerde con los liberales "un sistema fiscal más justo, una reforma del sistema educativo, un nuevo sistema económico y, por supuesto, una profunda reforma del sistema político de Westminster".

En los últimos días los conservadores están empezando a lanzar mensajes a favor de un pacto con los liberales y David Cameron pareció asumir ayer que quizás sea necesario cambiar el sistema electoral.


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