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viernes, 12 de febrero de 2010

Las caras del paro 'Yo ya me veo fuera del mercado laboral'

Desde luego, tiene el perfil perfecto para no salir nunca de la lista de los 4.048.493 paradosregistrados en el Inem. Mujer, mayor de 40 años y embarazada de cinco meses de gemelos. El peor de todos los currículos, en cuanto a datos personales se refiere, y lo sabe. "Soy consciente de que me he quedado fuera del mercado laboral".

Inmaculada Peral ocupaba uno de esos más de 2.000 puestos que en el sector de los medios se han destruido en los últimos meses en Madrid. Un sector al que, además de la crisis económica se le ha superpuesto la crisis de los medios en papel y, en el caso de ella, muy especialmente la crisis inmobiliaria. No se venden casas y, ahora mucho menos que nunca, revistas de decoración, su especialidad durante cerca de 20 años en una carrera como periodista que hasta octubre de 2007 sumaba ya un cuarto de siglo.

Así que después de años de enlazar viajes de Madrid a París, a Londres y a Milán, una agenda más que llena de compromisos y de poner en marcha equipos y de desempeñar cargos de responsabilidad, a la cruda cola del paro. Un nuevo número de la cola. Una semana antes, del despido "por sorpresa", del consabido "ya no contamos contigo", se había cambiado de casa. Hoy, tras más de dos años en el paro, las cuentas se han invertido. "Ahora ingreso menos del 50% de lo que ganaba y mi hipoteca es más del doble de la que tenía con mi primera casa".

Inmaculada Peral, que a la vuelta de la esquina será la responsable de una familia monoparental con una pareja de mellizos, se dio cuenta a los seis meses de ingresar en las listas del paro de que no había salida para ella, que no iba a recibir oferta alguna de ninguna empresa de medios ni de comunicación. En todos los largos meses que lleva en el paro "nunca me han llamado del Inem", puntualiza.

Decidió entonces hacerse autónoma y presentó un proyecto al Inem con el fin de capitalizar la prestación del paro (se recibe de una vez el 60%) e intentar poner en marcha "una mini-mini-agencia de comunicación". Recibió el visto bueno para establecerse como autónoma "en la actividad de creación artística", pero el miedo a no conseguir unos ingresos suficientes todos los meses que había que justificar y a fallar en el pago de la cuota de autónoma y en el pago de la hipoteca, la echó para atrás. "Entonces, como ahora, las peticiones de colaboraciones eran prácticamente inexistentes ya que se había restringido drásticamente la producción en las cabeceras del sector". Un dato: en este último año no le han solicitado ni una sola colaboración.

Fue en el Inem donde le dieron la opción de que la prestación por desempleo que le quedaba por cobrar la recibiera mensualmente y con ésta cubrir la cuota de autónomos. Así que cada mes recibe 271 euros de prestación y tal como entran paga los 251 euros de cotización por autónoma, lo mínimo de lo mínimo.

Para el papeleo, otro martirio más, tuvo la lucidez de ir a la oficina de "Ventanilla Única Empresarial", que funciona en la sede de la Cámara de Comercio, en el Parque de las Naciones de Madrid, en donde las oficinas del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad de Madrid, Ministerio de Hacienda, Ministerio de Trabajo y Ministerio de Administraciones Públicas comparten un único espacio repartido en varios mostradores, donde se puede cumplimentar toda la burocracia pertinente. Esto, dice, "fue la mejor experiencia" en todo este negro panorama.

La prestación que recibe como parada, tras 25 años de cotización a la Seguridad Social, se le terminará en 2011. Y a partir de entonces tendrá que volver a echar cuentas para seguir pagando su cuota como autónoma y tener en el futuro una pensión que, en su caso, puede ser mínima si finalmente se calcula en base a los últimos 25 años de cotización. "He llegado a estar hasta ocho meses sin ingresos" (a los autónomos se les factura a 90 días) y ahora llevo sin cobrar nada de nada cinco meses". Es evidente que necesita de la ayuda, y no sólo económica, de su familia porque la indemnización por el despido (en la última revista su antigüedad no llegaba a los cuatro años) se ha acabado. Por el momento, sólo tiene una firma italiana como cliente fijo. No ha tenido más remedio que reconvertirse y de redactora pasa a ser decoradora de interiores y correctora según surja y si surge. Lo que ella llama "buscarse la vida".

En cuanto dé a luz, recibirá 100 euros más por cada uno de sus hijos. Con los bebés, en el "paro, paro" sin duda no va estar, pero, a falta de milagros (que los hay), queda descartado convertirse en trabajadora por cuenta ajena y sí por cuenta, cuentísima, propia.

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