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sábado, 9 de enero de 2010

Portugal aprueba el matrimonio homosexual tras un intenso debate

"Es un momento histórico", ha proclamado el primer ministro portugués, José Sócrates (socialista). "El mundo de la vida ha vencido al mundo de los prejuicios", ha dicho eufórico Francisco Assis, líder parlamentario del mismo partido. En la tribuna de invitados del Parlamento portugués, hombres y mujeres se abrazaban y hacían el signo de la victoria. En la calle, miembros de organizaciones de gays y lesbianas brindaban con cava. La Asamblea de la República acababa de aprobar después de un intenso debate de cuatro horas la ley propuesta por el Gobierno socialista que permite el matrimonio civil de personas del mismo sexo . En los escaños de los partidos conservadores había caras largas. Sus argumentos de que el Gobierno distrae al país con temas menores no cuajaron entre sus señorías.

La mayoría de izquierda (socialistas, Bloco de Esquerda (BE), comunistas y verdes) ha funcionado como un rodillo a la hora de votar el proyecto de ley gubernamental, que da luz verde al matrimonio homosexual, pero sin derecho a la adopción de niños. El BE y los Verdes habían presentado sendas propuestas que incluían dicho derecho, que han sido rechazados por los votos de los partidos conservadores y de la mayoría de diputados socialistas. Los comunistas se han abstenido en este punto.

La batalla para acabar con esta discriminación y reconocer el derecho de adopción a los matrimonios del mismo sexo continuará, según han reconocido diputados de todos los partidos de izquierda, hasta que la ley portuguesa sea equiparable a las que aprobaron previamente otros países como España, donde está consagrado el derecho de adopción.

Sin referéndum

El pleno de la Asamblea de la República ha rechazado la celebración de un referéndum solicitado por sectores conservadores y de la Iglesia Católica, que han logrado reunir 92.000 firmas. La izquierda ha votado contra tal pretensión por considerar que pone en duda la legitimidad del Parlamento.

La legalización del matrimonio de personas del mismo sexo divide claramente a la sociedad portuguesa, según ha puesto de manifiesto la votación. Se ha impuesto la disciplina de voto tanto en las filas de la izquierda como de la derecha, pero en un tema que trasciende la ideología política han sido numerosos los diputados que han ejercido el derecho de explicación de voto. La ley 119/XI es la primera que aprueba el Parlamento en el año que conmemora el centenario de la independencia de Portugal, aspecto que ha sido subrayado por el líder del Bloco de Esquerda, Francisco Louçá.

El Gobierno se ha empleado a fondo para sacar adelante la controvertida ley y ha sido el primer ministro el encargado de presentar el proyecto en el debate decisivo. Los mayores aplausos no han sido, sin embargo, para el jefe del Ejecutivo sino para Miguel Vale de Almeida, del grupo parlamentario socialista y único diputado homosexual declarado, que ha recordado la represión sufrida por los homosexuales y lesbianas a lo largo de la historia. "Respiraremos un aire más libre, el día después de la aprobación de la ley", ha dicho en su intervención.

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