Otro factor más que añadir a la lista de beneficios que aporta la lactancia materna a las mujeres. Un estudio ha comprobado por primera vez que el hábito de dar de mamar puede tener un efecto protector contra el cáncer de mama en mujeres con antecedentes de esta enfermedad en su familia.
La investigación que ha permitido averiguar este nuevo dato a favor de la lactancia es el Nurse's Health Study, un gran trabajo que en 1989 recopiló los datos de más de 116.000 enfermeras estadounidenses.
A base de cuestionarios periódicos a estas mujeres de entre 25 y 42 años, los investigadores de la Universidad de Harvard y el Brigham and Women's Hospital (ambos en EEUU) han extraído importante información sobre distintos aspectos de la salud femenina.
El último que ha dado a conocer la revista 'Archives of Internal Medicine' tiene que ver con el cáncer de mama. Según los datos obtenidos de un subgrupo de 60.075 enfermeras, la lactancia materna redujo un 59% la incidencia de cáncer de mama en mujeres que habían tenido algún pariente cercano con este tumor. Entre las que no tenían antecedentes familiares, no se observó este tipo de protección.
Una cuestión ampliamente estudiada
De hecho, como explica el propio trabajo y aclara el doctor Carlos Vázquez, presidente de las sociedades internacional y española de patología mamaria, la relación entre lactancia y cáncer de mama no está clara al cien por cien, pese a los numerosos estudios llevados a cabo hasta la fecha.
"Aunque sí tenemos la idea de que dar el pecho confiere un cierto factor de protección a las mujeres, todo indica que no se trata de una reducción del riesgo propiamente dicha, sino un retraso en la edad de aparición", explica este especialista.
De hecho, sugiere, ésta es una de las posibles explicaciones de que las mujeres africanas tengan una tasa de cáncer mamario tan reducido, "porque en este continente la leche materna es la única forma de alimentación a los hijos y se prolonga durante años". Sólo ahora que la esperanza de vida de las mujeres en África comienza a aumentar, concluye, empieza a verse también un aumento de la incidencia de diagnósticos oncológicos.
"El problema de esta cuestión es que siempre tiene que tratarse de estudios retrospectivos [que repasan factores pasados que pueden haber influido en la aparición del cáncer]", señala el doctor Vázquez, "y a menudo no incluyen un número suficiente de pacientes para darle potencia estadística a los resultados".
En el nuevo trabajo, el primero sobre esta cuestión que ha analizado el papel de los antecedentes familiares, se diagnosticaron 608 tumores mamarios en mujeres premenopáusicas entre los años 1997 y 2005 (tenían una media de 46 años en el momento del diagnóstico).
Otros beneficios indudables
Entre las que sí tenían parientes con cáncer de mama, dar el pecho resultó ser un factor protector, independientemente de la duración de la lactancia, de que ésta fuese la única forma de alimentar a los hijos o de que sufriesen la retirada de la menstruación como consecuencia.
El factor protector que observaron los investigadores, dirigidos por Alison Stuebe, es equivalente al porcentaje que se obtiene en la actualidad con algunos fármacos quimioprotectores que toman las mujeres con alto riesgo de sufrir este cáncer (como el tamoxifeno).
Aunque el equipo de Stuebe reconoce que habrá que seguir estudiando la relación entre cáncer de mama familiar y lactancia, tanto ellos como el doctor Vázquez, insisten en que los beneficios de la lactancia materna son indudables para cualquier mujer. "Nuestros datos sugieren que las mujeres con antecedentes deberían ser animadas a dar el pecho [a sus hijos]", concluye el trabajo. "Especialmente durante los seis primeros meses de vida, aparte de su indudable valor nutricional, es la mejor manera de transmitir la inmunidad materna al bebé".
La investigación que ha permitido averiguar este nuevo dato a favor de la lactancia es el Nurse's Health Study, un gran trabajo que en 1989 recopiló los datos de más de 116.000 enfermeras estadounidenses.
A base de cuestionarios periódicos a estas mujeres de entre 25 y 42 años, los investigadores de la Universidad de Harvard y el Brigham and Women's Hospital (ambos en EEUU) han extraído importante información sobre distintos aspectos de la salud femenina.
El último que ha dado a conocer la revista 'Archives of Internal Medicine' tiene que ver con el cáncer de mama. Según los datos obtenidos de un subgrupo de 60.075 enfermeras, la lactancia materna redujo un 59% la incidencia de cáncer de mama en mujeres que habían tenido algún pariente cercano con este tumor. Entre las que no tenían antecedentes familiares, no se observó este tipo de protección.
Una cuestión ampliamente estudiada
De hecho, como explica el propio trabajo y aclara el doctor Carlos Vázquez, presidente de las sociedades internacional y española de patología mamaria, la relación entre lactancia y cáncer de mama no está clara al cien por cien, pese a los numerosos estudios llevados a cabo hasta la fecha.
"Aunque sí tenemos la idea de que dar el pecho confiere un cierto factor de protección a las mujeres, todo indica que no se trata de una reducción del riesgo propiamente dicha, sino un retraso en la edad de aparición", explica este especialista.
De hecho, sugiere, ésta es una de las posibles explicaciones de que las mujeres africanas tengan una tasa de cáncer mamario tan reducido, "porque en este continente la leche materna es la única forma de alimentación a los hijos y se prolonga durante años". Sólo ahora que la esperanza de vida de las mujeres en África comienza a aumentar, concluye, empieza a verse también un aumento de la incidencia de diagnósticos oncológicos.
"El problema de esta cuestión es que siempre tiene que tratarse de estudios retrospectivos [que repasan factores pasados que pueden haber influido en la aparición del cáncer]", señala el doctor Vázquez, "y a menudo no incluyen un número suficiente de pacientes para darle potencia estadística a los resultados".
En el nuevo trabajo, el primero sobre esta cuestión que ha analizado el papel de los antecedentes familiares, se diagnosticaron 608 tumores mamarios en mujeres premenopáusicas entre los años 1997 y 2005 (tenían una media de 46 años en el momento del diagnóstico).
Otros beneficios indudables
Entre las que sí tenían parientes con cáncer de mama, dar el pecho resultó ser un factor protector, independientemente de la duración de la lactancia, de que ésta fuese la única forma de alimentar a los hijos o de que sufriesen la retirada de la menstruación como consecuencia.
El factor protector que observaron los investigadores, dirigidos por Alison Stuebe, es equivalente al porcentaje que se obtiene en la actualidad con algunos fármacos quimioprotectores que toman las mujeres con alto riesgo de sufrir este cáncer (como el tamoxifeno).
Aunque el equipo de Stuebe reconoce que habrá que seguir estudiando la relación entre cáncer de mama familiar y lactancia, tanto ellos como el doctor Vázquez, insisten en que los beneficios de la lactancia materna son indudables para cualquier mujer. "Nuestros datos sugieren que las mujeres con antecedentes deberían ser animadas a dar el pecho [a sus hijos]", concluye el trabajo. "Especialmente durante los seis primeros meses de vida, aparte de su indudable valor nutricional, es la mejor manera de transmitir la inmunidad materna al bebé".
EM-E
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