Por Alberto Couriel
En los cuatro años y medio del primer gobierno de izquierda en Uruguay se obtuvieron logros significativos en materia política, económica y social.
El conocimiento y análisis de los buenos resultados son centrales para el trabajo político y electoral de los frentistas, para influir sobre su familia, sus vecinos, sus compañeros de trabajo, sus amigos y así sucesivamente. Una primera constatación de estos resultados positivos deriva de las expectativas de la sociedad uruguaya que sufre una importante modificación con el triunfo electoral del FA. De un claro pesimismo sobre su situación actual y futura pasa a un optimismo moderado.
En esta nota centraremos el análisis sobre los principales resultados de carácter económico.
Cuatro años y medio de gobierno del FA muestran que se pudo alcanzar uno de los grandes objetivos de la izquierda: crecimiento con equidad, crecimiento con justicia social. En efecto en cuatro años el PBI aumentó 32% en términos reales y la distribución del ingreso mejoró sustantivamente en 2008 y se ubicó en el mejor guarismo de América Latina. El crecimiento del PBI se facilitó, como en el resto de América Latina, por la fuerte alza de los precios internacionales de los principales productos de exportación. Las exportaciones crecieron 42% entre 2004 y 2008. Pero también tuvo un papel relevante la demanda interna, gracias a la política de expansión del gasto público y de la política salarial. Lo más significativo es el crecimiento de la inversión bruta fija que en este período aumentó 71%, pasando el coeficiente de inversión de 14,4% en 2004 a 18,7% en 2008, uno de los más altos de los últimos 50 años. El crecimiento de la inversión se dio tanto en el sector privado, en el que aumentó 76%, como en el sector público que se incrementó en este período en 56%. Interesa señalar también que la inversión pública incrementó su participación en el PBI pasando de 2,4% sobre el PBI en 2004 a 3,7% en 2008. Una característica nueva para el Uruguay de los últimos 100 años lo constituye el alto nivel de inversión extranjera directa, especialmente en rubros fundamentales de la exportación. En los cuatro años de gobierno del FA se multiplicó por 10 con respecto a la década del 90, alcanzando en 2008 al récord de 2.205 millones de dólares. El consumo privado aumentó entre 2004 y 2008 un 33% gracias a la mejora de la ocupación, la elevación de los salarios reales y toda la política social tendiente a mejorar la situación económico-social de los sectores sociales más carenciados y más desprotegidos que contribuyeron a bajar los niveles de pobreza e indigencia. El consumo de gobierno aumentó en este período el 22%, por debajo del crecimiento del PBI, por lo que no se justifican las críticas de la oposición de un gasto global desmesurado. Incluso, el gasto público global consolidado se ubica por debajo de varios países de la región, habiendo representado el 27,7% sobre el PBI en el año 2004 y el 25,6% en 2008.
En el plano económico la política antiinflacionaria dio sus frutos, manteniéndose el índice de precios de los bienes de consumo por debajo del 10%, o sea, en un dígito, en estos cuatro años y medio del gobierno. Fueron importantes causas de la inflación la suba de los precios internacionales del petróleo -insumo básico de las actividades productivas del país- y de los rubros alimenticios de exportación con efectos directos en los precios de bienes de consumo interno. Se analizaron las causas específicas de las subas de precios internos y se tomaron medidas apropiadas para enfrentarlas, tales como la reducción o postergación de aumentos de las tarifas de los servicios públicos, los subsidios a la cuota mutual y al precio de los boletos de transporte, las exoneraciones del impuesto al valor agregado a frutas y verduras y algunas carnes y los acuerdos voluntarios con determinados actores sociales como lo fue "el asado del Pepe". En cambio no coincidimos con las políticas monetarias y cambiarias que se utilizaron en exclusividad para frenar el proceso inflacionario. Vale la pena resaltar que la capacidad de competencia con respecto al dólar, o sea tomando el tipo de cambio nominal y deflactando por los precios internos de consumo de Uruguay y de EEUU, tiene un descenso de 15,9% durante este gobierno. En efecto, tomando como base 100 diciembre de 2004 este índice desciende a 84,1 en junio de 2009. Este descenso se pudo mantener en la medida en que existen altos precios internacionales de los productos de exportación y hay elevadas apreciaciones del real brasileño y del euro, sin afectar a la industria en su conjunto como ocurrió en la década de 1990. Vale la pena señalar que este mismo índice de competencia, tomando como base diciembre de 1989, llegó a 56,7 en diciembre de 1994, siendo la clave del atraso cambiario de la década del noventa que afectó a los exportadores, a los industriales y a los productores agropecuarios y fue uno de las principales factores que influyeron en la crisis productiva, social y financiera que culminó negativamente en 2002.
En materia financiera, junto al control de la inflación y el estricto cumplimiento al pago de los servicios de la deuda como es tradición en el país, se logró un alto grado de estabilidad y control del sistema financiero local. Los principales indicadores muestran un fuerte descenso de la morosidad, la consolidación de la solvencia bancaria y la recuperación de los niveles de rentabilidad. Esto es válido tanto para la banca privada como para la banca pública, destacándose nítidamente el BROU que tiene la mayor solvencia y el mejor retorno sobre activos del conjunto de las instituciones financieras.
En materia financiera cabe destacar que entre 2004 y 2008 el déficit fiscal fue el más bajo, en comparación a los gobiernos anteriores desde el retorno a la democracia, alcanzando un promedio anual de 0,6% sobre el PBI, que se incrementará en 2009 como consecuencia de la crisis internacional.
Se alcanzó también un muy buen relacionamiento con los organismos financieros internacionales y con los mercados financieros internacionales lo que permitió alargar los plazos de la deuda y bajar sustantivamente las amortizaciones de corto plazo. En esencia se alcanzó un alto grado de credibilidad y confianza en los agentes económicos nacionales, extranjeros e internacionales.
LR-U
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