Este es un plato tradicional Catalán originario del pueblo de Valls en la provincia de Tarragona, pero que se ha hace, de forma únanime, en toda Catalunya. Se ha extendido de tal forma, que se ha convertido en una tradición, que va más allá de las fronteras catalanas. En el periodo en que se consume, llegan gentes de otras provincias, para participar de este rito tan rico y divertido.
Se hace en los meses de enero, febrero y marzo. Hay un dicho entre los catalanes, para saber cuando es el mejor momento de comerlos, que dice: en enero para payés, en febrero para el amo y en marzo para el criado. Pero la realidad es que se come durantes los tres meses.
Se trata de cebollas tiernas que se mantienen bajo tierra todo el tiempo, para que estén lo más tiernas posible. A esta acción se le llama "calçar" (calzar)las cebolletas. El payés va calzando las cebolletas de tierra, para que no les dé el sol y se mantengan blancas. De ahí viene el nombre de calçots y de ahí el rito de la calçotada.
Luego se asan dentro de las brasas con su vaina exterior, para que se asen muy bien por dentro sin quemarse más que el exterior.
Este plato se come con los dedos y con un babero o delantal. El restaurante suministra un babero y unos guantes de plástico, para cada comensal.
Se sirven sobre una teja (de verdad de tejado). Entonces cada uno coge con los dedos la parte de la base de la vaina, con una mano y con la otra mano tira de la parte central de las hojas, para quedarse con la parte central, blanca y tierna de la cebolla en la mano.
Se moja el calçot en un cuenco individual, que tiene cada comensal de Salsa Romesco y se lleva a la boca.
Se hace en los meses de enero, febrero y marzo. Hay un dicho entre los catalanes, para saber cuando es el mejor momento de comerlos, que dice: en enero para payés, en febrero para el amo y en marzo para el criado. Pero la realidad es que se come durantes los tres meses.
Se trata de cebollas tiernas que se mantienen bajo tierra todo el tiempo, para que estén lo más tiernas posible. A esta acción se le llama "calçar" (calzar)las cebolletas. El payés va calzando las cebolletas de tierra, para que no les dé el sol y se mantengan blancas. De ahí viene el nombre de calçots y de ahí el rito de la calçotada.
Luego se asan dentro de las brasas con su vaina exterior, para que se asen muy bien por dentro sin quemarse más que el exterior.
Este plato se come con los dedos y con un babero o delantal. El restaurante suministra un babero y unos guantes de plástico, para cada comensal.
Se sirven sobre una teja (de verdad de tejado). Entonces cada uno coge con los dedos la parte de la base de la vaina, con una mano y con la otra mano tira de la parte central de las hojas, para quedarse con la parte central, blanca y tierna de la cebolla en la mano.
Se moja el calçot en un cuenco individual, que tiene cada comensal de Salsa Romesco y se lleva a la boca.
Este plato suele comerse en restaurantes de payés o masías y de 2º plato se acompaña con una carne a la brasa (chuletas de cordero, butifarra blanca o negra), alubías blancas (del ganxet o del barco) salteadas con panceta frita y algunas verduras a la brasa. Se acompaña de vino tinto de la región o cava. De postre suelen ofrecer crema catalana.
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