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Una delegación cubana atiende al diario ‘Público’ para hablar de los avances económicos en la isla. Rechazan que el socialismo cubano haya fracasado y destacan que la política del Gobierno de Raúl Castro se enfoca en modernizar los logros de la revolución.
Ellos también están de paso por España, aunque su visita no forma parte de ninguna gira mundial. El Congreso de los Diputados no abrirá sus puertas para recibirles. No se harán fotos con según qué personalidades. Pero ni falta que hace. “No vamos a seguir los pasos de ese personaje”.
Quien habla es Iroel
Sánchez, ingeniero y periodista cubano autor del blog “La Pupila
Insomne” y del libro “Sospechas y disidencias” que presenta estos días
en España. Junto al doctor en economía y vicepresidente de la Asociación
de Economistas y Contadores de Cuba, Hugo Pons, han recorrido
Barcelona, Valencia y Madrid para realizar una serie de encuentros para
hablar sobre la isla. Han viajado acompañados de Mirtha Rodríguez, madre
de uno de Los Cinco y que lleva la historia de su hijo por todo el
mundo, y del alto funcionario Alberto González.
La embajada
cubana en la capital recibió a ‘Público’ para charlar de todo un poco y,
sobre todo, de los cambios que se están produciendo en el país
caribeño. Cambios, sí, pero puntualizan: “Cuba no cambia, Cuba se
cambia”.
Hace dos años, el Gobierno de Raúl Castro comenzó a
implementar nuevas medidas económicas: desde la concesión de créditos
para crear y fomentar nuevos negocios y la promoción del trabajo
autónomo y cooperativista, pasando por la cesión de terrenos agrícolas
para incrementar la producción y el levantamiento de la prohibición de
la compra-venta de casas y automóviles. Pasos significativos para
modernizar y hacer sostenible en un nuevo contexto internacional los
logros y conquistas alcanzadas con la revolución, defiende Sánchez.
Ambos
destacan los resultados conseguidos hasta ahora, aunque también son
conscientes de que el camino es largo y el proceso, lento. El economista
pone 2030 como “horizonte temporal” para la transformación de las
actividades económicas que, en ningún caso, remarca, se olvidarán de
respaldar un gasto social orientado a garantizar el bienestar de la
población. Pons subraya que “el primer lineamiento -término empleado
para las medidas económicas- que aparece ahí, que es trabajar en función
de la construcción del socialismo, no se ha modificado. El objetivo
sigue siendo el mismo. Se podrá hablar de un fracaso del socialismo en
Europa, pero el socialismo cubano ahí está”.
Sánchez hace
hincapié aquí en la utilización que se hace de este proceso en algunos
medios para anunciar el fracaso del sistema cubano. Lo dice alto y
claro: “Cuba no va hacia el capitalismo”. El economista amplía: “Cuba no
está regalando las tierras, no las está entregando, las propiedades y
servicios siguen siendo públicos. Se entrega la gestión. El peso
fundamental de la actividad económica cubana va a seguir siendo la
empresa estatal. Una cosa es que se privilegie la actividad cooperativa,
que es colectiva, no privada, y que se amplíe el trabajo por cuenta
propia como una forma de solución. Ahí es donde entra la
tergiversación”.
Pons, en este punto, hace una defensa de las
políticas cubanas, y no sólo las actuales: “En 2008, en un contexto de
crisis financiera, la economía de Cuba seguía creciendo. No es magia, es
el fruto del diseño de unas políticas que, si bien, no alcanza los
niveles de eficiencia que potencialmente podrían tener, sí llega a
ofrecer una mejora relativa del estándar de vida de la población”.
Los
dos celebran el reconocimiento que el director general de la ONU para
la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha hecho del trabajo realizado en
la isla para erradicar el hambre. José Graziano da Silva felicitó por
carta al expresidente Fidel Castro y al pueblo cubano por “el importante
logro” al cumplir de manera anticipada la meta trazada de reducir a la
mitad el número de personas desnutridas en cada país antes de 2015.
“Cuba, con sus políticas, ha logrado mucho más que otros países que no
tienen bloqueo, que tienen petróleo, que son grandes productores de
alimento, que tienen buenas condiciones climatológicas… Según UNICEF,
Cuba es el único país que ha acabado con la desnutrición infantil”,
añade Sánchez.
“No quiere decir que los cubanos coman lo que
querrían comer. Cuando Cuba compra arroz, lo hace para 11 millones de
personas. No es una realidad paradisíaca, pero tampoco es la realidad
que se fabrica en los laboratorios de la guerra psicológica de EEUU”,
continúa. Reconocen que nada es perfecto. Y Cuba, con todos sus
problemas, tampoco. “Hay muchas cosas que resolver. Es necesario elevar
los niveles de producción alimenticia para reducir las importaciones. En
la medida que se consiga, esa financiación, que en 2011 supuso 1.500
millones de dólares, puede ser utilizada para otro tipo de inversiones,
para, en definitiva, mejorar la calidad de vida de la población”, señala
Pons.
Lento, pero seguro. Tanto el economista como el bloguero
defienden que es la forma para sentar las bases de esta transformación
económica, para que permanezca y sea sostenible. Y de fondo, no olvidar
nunca la política social. En un panorama en el que Occidente se ahoga en
la crisis financiera y en la política de recortes, Cuba, tiene un paro
del 3,8 por ciento. La palabra desahucio no existe, y no sólo que no
exista, sino que tampoco forma parte de su marco regulatorio”. Sánchez
incide en el tema de los desalojos con una frase sencilla, pero
clarificadora: “No pueden echarte de tu casa, los cubanos no lo
entienden porque eso no forma parte de su cultura”.
Es inevitable
que, durante la conversación, EEUU y su embargo a la isla aparezca de
forma asidua. La llegada de Barack Obama en 2008 a la Casa Blanca hizo
pensar que la situación pudiera cambiar. Pero nada más lejos de la
realidad. “Obama es el presidente que más trabas ha impuesto al
levantamiento del bloqueo”. Sánchez critica al mandatario estadounidense
y su imagen ofrecida de “aparente apertura”, por no ser consecuente con
las promesas hizo cuando era senador. “Cuba ya ha demostrado su
disponibilidad a sentarse a discutir. No es sólo el bloqueo, es un
problema que trasciende las relaciones bilaterales”, señala, por su
parte, Pons.
El cerrojazo le ha costado a Cuba decenas de miles
de millones de euros. La isla necesita que su sistema sea más eficiente,
apunta el economista. Por ello se planteó la necesidad de poner en
marcha nuevas medidas económicas. Sánchez destaca que esos lineamientos
han sido fruto del consenso de un amplio debate de la población cubana.
“Cuba cambia para adaptarse, pero sin olvidarse de la justicia social y
la preservación de su soberanía. Los cambios se han llevado a cabo con
la presencia de la generación histórica de la revolución para darles
sostenibilidad”. ¿Y cuando Raúl Castro se retire? “Las instituciones son
más importantes que las personas. El pueblo cubano es el que garantiza
los objetivos”, concluye el bloguero.
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