El proyecto que habilita el matrimonio entre personas
del mismo sexo resultó aprobado este martes en el Senado por una amplia
mayoría y luego de una extensa y profunda discusión en la que participó
público en las barras.
A raíz de que se le introdujeron cambios, ahora deberá regresar a la
Cámara de Representantes, de todas maneras se estima que su sanción será
en los próximos días.
Las modificaciones que le introdujo el Senado están referidas a
algunos artículos del Código Civil relativos a los conceptos de “marido y
mujer”, que dejarán de existir para pasar a considerarse ambos como
“cónyuges”.
Los senadores nacionalistas Jorge Larrañaga, Luis Alberto Heber y
Gustavo Penadés se manifestaron a favor del proyecto al igual que los
colorados Ope Pasquet, José Amorín y Tabaré Viera. Mientras que el
oficialista, Carlos Baráibar se pronunció en contra de la iniciativa.
Debate
En el marco del extenso debate, el senador comunista, Eduardo Lorier,
argumentó que la propuesta busca la “protección integral de las
familias”.
“Es una Ley importante no sólo para el colectivo, sino también para
toda la sociedad en la medida que establece una igualdad jurídica sin la
cual se violentan derechos de miles de personas”, expresó Lorier.
Lo definió como un proyecto “democratizador”, al tiempo aseguró que
se trata de un “acto de justicia, porque muchas generaciones fueron
perseguidas, humilladas y asesinadas por el simple hecho de expresar
sensaciones distintas a la de la heterosexualidad”.
A su turno, el nacionalista Carlos Moreira, quien se manifestó en
contra del proyecto, dijo que todas las colectividades tienen “distintas
opiniones”, por lo cual no puede ser un tema de disciplina partidaria,
sino de libre opinión.
Dijo que lo más criticable “es la filiación con la creación de un
contrato que da lugar a la progenitura jurídica, algo raro de definir y
que tiene puntos muy oscuros, porque están en juego los derechos de un
tercero, de un recién nacido”.
En cambio, el líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, dijo que
como “hombre liberal” no podía permitirse regular un acto que es del
“fuero íntimo de las personas referido a qué prefiere para su vida, cómo
elige vivir, con quién o en qué forma”.
Con citas a filósofos y juristas como Hans Kelsen, Theodor Viehweg e
intelectuales como Mario Vargas Llosa, el líder de Alianza apoyó el
matrimonio aunque destacó que hace falta legislación complementaria que
contemple situaciones como la fertilización in vitro y la adopción y
otros temas de concernientes a la filiación.
“Poniendo en la balanza los principios de libertad, de igualdad que
conforman un estatuto de justicia no cabe sino el apoyo. Aquí hay un
reconocimiento a una realidad”, sentenció Larrañaga.
El parlamentario blanco dijo que el matrimonio igualitario contribuye
a la conformación del nuevo paradigma de derechos: “el de la libertad
donde reconocemos que todos tenemos los mismos derechos, no por ser
iguales, sino por ser distintos”.
Por otro lado, el colorado Alfredo Solari cuestionó que en Uruguay
aún hoy los homosexuales “son fuertemente discriminados, ignorados,
maltratados”. Por ello dijo que la sociedad “tiene un deber para con ese
conjunto de ciudadanos que no tiene más o menos defectos que los demás,
sino una condición distinta con respecto a su sexualidad, lo que no
puede ser causa de menosprecio o maltrato”.
De todas maneras el legislador colorado dijo que el proyecto no es el mecanismo para solucionar las diferencias.
“Si el objetivo del matrimonio, a parte de la búsqueda de la
felicidad, es la permanencia de la especie, la crianza de los hijos,
entonces un matrimonio homosexual, si bien puede criar a un niño, no
pueden reproducirse. Por ello, la ley no puede hacer igual a aquello que
es desigual con respecto a la familia”.
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