El Gobierno catalán ha avisado este mediodía que no piensa ni por un momento olvidarse de la consulta soberanista
y del ejercicio del derecho a decidir a cambio de la "vaga promesa" de
una mejora del sistema de financiación. "Sería casi una traición al
mandato que nos ha dado el Parlament de Cataluña", ha afirmado el
portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs, al término de la reunión
del Gobierno de Artur Mas. Homs ha despreciado esa eventual reforma del
modelo al alegar que las dos anteriores han supuesto un fracaso porque
no garantizan que Cataluña pueda ofrecer a sus ciudadanos los servicios
del Estado de Bienestar acorde con su nivel de riqueza.
Homs ha eludido dar detalles del contenido de la reunión que el pasado día 21 mantuvieron Mas y Rajoy
al anunciar que este miércoles el presidente catalán informará de ella
en una comparecencia sobre los 100 días de gobierno. Pese a ello, ha
matizado que Rajoy en ningún momento expuso la oferta de una nueva
financiación ni de relajación del límite del déficit. En ese sentido,
Homs no ha querido contestar si el Gobierno catalán estaría dispuesto a
negociar esa posible mejora. "Voy a ser muy pesado", ha insistido,
"nuestra prioridad es la consulta soberanista".
El Gobierno de Rajoy tenía esperanzas de que la Generalitat pudiera
aparcar o congelar su deriva soberanista si ponía encima de la mesa
alguna propuesta que permitiera a Cataluña una mejora sustancial de su
nivel de ingresos. Pero todo apunta que no será así. Homs ha afirmado
que propuestas, por ejemplo, como la del ministro José Manuel
García-Margallo de que Cataluña pudiera gestionar el 80% del IRPF es una
casi calcada a la que el Gobierno de Zapatero formulo en 2005. "Esto
parece el día de la marmota. Tenemos ya mucha experiencia. Hay páginas
que ya se han pasado", ha deslizado.
La situación de las finanzas de la Generalitat es este trimestre
particularmente "delicada" puesto que debe hacer frente a los pagos de
la deuda de 4.000 millones de euros. "Siempre estamos en vilo", ha
confesado Homs, quien ha desligado esa angustia financiera del hecho que
estén llegando con retraso los pagos del Fondo de Liquidez Autonómica
(FLA). "No es por eso. Si es una situación delicada es porque es un
sistema de financiación que es un desastre por culpa de un Gobierno (el
central) que incumple sus compromisos".
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