El sobrino del Duque de Palma, Jan Gui Urdangarin,
se verá esta mañana las caras con el juez José Castro, el encargado de
instruir el supuesto desvío al Instituto Nóos de 5,8 millones de dinero
público de Baleares y Valencia entre los años 2004 y 2007.
Declarará en calidad de testigo para aclarar su función en la trama. Según los investigadores Jan Gui tenía
el encargo de gestionar altas de la Seguridad Social a personas que en
realidad no trabajaban para el entramado de empresas vinculadas a su tío. Algunos ex empleados aseguran incluso que fue él quien se encargaba de pagarles en mano.
Su comparecencia ha sido solicitada por el fiscal anticorrupción
Pedro Horrach y por el sindicato Manos Limpias después de que una
testigo asegurara en su declaración que le había dado de alta como
encuestadora. Un trabajo que jamás realizó.
El testimonio de esta mujer, que asegura haber aceptado la propuesta
porque le faltaban dos años para jubilarse y necesitaba cotizar,
refuerza la teoría de las acusaciones, que consideran que con esta
práctica Iñaki Urdangarin y su socio, Diego Torres, daban a las empresas satélites del Instituto Nóos una apariencia de verdadera actividad, algo que justificaba los ingresos.
Pero si la de hoy será una jornada especialmente dura para Iñaki
Urdangarin sin duda será por lo que pueda decir el que fuera en otro
tiempo uno de sus amigos íntimos, Joaquim Boixareu. El empresario
catalán, que ya declaró el pasado mes de junio en Barcelona, previsiblemente tirará de la manta después de haber llegado a un acuerdo con la Fiscalía. Y lo hará después de que el yerno del Rey y su socio hayan intentado evitarlo por todos los medios.
Boixareux aseguró sentirse “utilizado” por el Duque en su primer
encuentro con el juez Castro y reconoció que se habían hecho favores
mutuamente durante los últimos años. Uno de los últimos que le pidió
Urdangarin fue montar la fundación para niños discapacitados y enfermos de cáncer que fue utilizada para evadir fondos públicos a Belice. Y si bien lo hizo, advierte que se limitó a figurar y que no intervino en ninguna de las gestiones presuntamente delictivas.
La Fiscalía Anticorrupción y la Policía Judicial ya acreditaron que
los 30.000 euros con los que se creó la entidad provenían del Instituto
Nóos y que se desviaron mediante facturas falsas.
Junto a ellos también testificarán Roger Olivares, Alejandro Suja y
de la secretaria general técnica de Vicepresidencia en el último Govern
de Jaume Matas Dulce Linares.
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