El abrumador triunfo
del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las elecciones de
este domingo en ese país constituyó sin duda alguna un merecido homenaje
al Presidente Hugo Chávez, y otra derrota contundente en menos de dos
meses para la derecha ultraconservadora latinoamericana y para sus
patronos de Estados Unidos.
La victoria de los Socialistas
en 20 de las 23 gobernaciones de esa nación fue además una respuesta
contundente a declaraciones indignas del inquilino de la Casa Blanca,
Barack Obama, sobre Chávez, quien se encuentra en proceso de
recuperación en Cuba, luego de ser sometido a una compleja y delicada
operación.
Venezuela volvió a propinarle otro duro guantazo a
Washington que ha hecho lo imposible, a través de sus conocidos métodos
de subversión, por lograr que las tradicionales fuerzas políticas
neoliberales vuelvan al poder en ese estado de nuestra región, y se
interrumpa la Revolución liderada por su actual mandatario.
El
régimen norteamericano encabezado por Obama ya había sufrido otro
contundente revés con el triunfo de Chávez en las elecciones
presidenciales de noviembre pasado, en las cuales liquidó al candidato
promovido y financiado por la Casa Blanca Henrique Capriles.
Tras los recién celebrados comicios regionales, el PSUV controla ahora
más del 94 por ciento del territorio venezolano, lo que le permite
consolidar el proyecto independentista y soberano emprendido por Chávez,
y que se extiende hoy como pólvora por toda America Latina.
No
es un secreto para nadie que la conquista de los Socialistas
venezolanos constituye asimismo un espaldarazo a los procesos de cambios
que tienen lugar en un grupo de países latinoamericanos, como Ecuador,
Bolivia, Uruguay, Argentina y Nicaragua, por citar algunos.
Al
mismo tiempo, es un importante empuje para la consolidación de la unidad
regional a través de organizaciones integracionistas creadas en los
últimos años, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC), y El Mercado Común del Sur (MECOSUR).
De otro lado, la
victoria del PSUV evidencia claramente el fortalecimiento del liderazgo
de Chávez, no solo en su país, sino también internacionalmente, algo
que le preocupa mucho a Washington, y que ha dejado claro, al apostar
hasta por una eventual desaparición física del presidente.
Pero
las muestras de solidaridad en todos los rincones del planeta hacia el
mandatario venezolano y líder latinoamericano han opacado los deseos
perversos del régimen de Estados Unidos, que una vez más ha demostrado
que no tiene ni gota de humanidad, y carece totalmente de escrúpulos.
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