"La noche de Halloween comporta los mismos riesgos que la Nochevieja,
y la Policía Municipal y el Samur hicieron un despliegue preventivo
para cubrir los eventos que se celebraban en espacios públicos y
privados", ha explicado esta mañana la concejal de Seguridad, Fátima
Núñez, ante la comisión municipal de investigación sobre la tragedia del
Madrid Arena. Sin embargo, mientras la Policía Municipal se desplegó a
las nueve de la noche con carácter preventivo (eso sí, no evitó el
consumo de alcohol en los alrededores del pabellón municipal, "porque
estaba a un kilómetro de distancia y en cuesta"), el servicio médico de
emergencia no lo hizo hasta las 2.29, es decir, tres horas y media
después del inicio de la fiesta, pese a que durante ese periodo recibió
más de una decena de avisos.
Además, el área municipal de Seguridad no pidió, como era obligatorio
para aprobar el evento, un plan de autoprotección específico de la
fiesta, que evaluara los riesgos (para preparar esos despliegues
preventivos) e indicara a los servicios de seguridad privados cómo
reaccionar en caso de emergencia. "Esa es su responsabilidad, y eso es
lo que hay que depurar. Aquí ha válido todo", ha indicado el concejal de
UPyD Jaime de Berenguer. "Ustedes reaccionaron a la tragedia, sí, pero
faltó prevención pese a que, desde primera hora de la noche, hubo
indicios y ya se veía que había gran cantidad de jóvenes. Permitieron un
evento sin la mínima garantía previa", ha añadido Berenguer. "¿No
hubiera sido mejor que hubieran avisado al Samur?", ha añadido el
Partido Socialista, liderado por Jaime Lissavetzky. La respuesta del
Partido Popular, en boca de su portavoz, Enrique Núñez, ha sido:
"Ustedes han venido a la comisión de investigación a hacer una caza de
brujas".
Respecto a la actuación de la Policía Municipal, la concejal Fátima
Núñez ha explicado que se recibió el aviso sobre la celebración del
evento el día 26, y se calificó de riesgo medio. A las 14.00 del día 31
se elevó verbalmente a riesgo alto, lo que implica que el mando pasó a
ser un oficial y se asignaron cinco agentes más. Este incremento del
nivel de alerta se debió no a las particularidades de la fiesta, según
Núñez, sino al "impacto" general en la ciudad de las celebraciones de
Halloween.
Sin embargo, ese mismo criterio no sirvió para poner en alerta
también al Samur. El director general de Emergencias, Alfonso del Álamo,
señaló en su comparecencia el pasado jueves que el Samur no fue avisado
a tiempo para preparar un dispositivo preventivo adecuado, y sólo pudo
reaccionar enviando dos unidades a la fiesta a las 2.29. El área de
Vicealcadía respondió ese mismo día que sí avisó al área de Seguridad,
de lo que se deduce que, a partir de ahí, a alguien se le olvidó
comunicárselo al Samur, o decidió que no era necesario hacerlo. Núñez ha
admitido que el área de Emergencias se enteró por la policía solo horas
antes del evento y "montó el dispositivo que creyó necesario".
"El Samur tiene una función preventiva sobre la seguridad ciudadana",
ha explicado esta mañana Núñez. Entonces ¿por qué no se le avisó? Núñez
ha recalcado que la fiesta era privada, y por tanto el Samur no tenía
obligación ni competencia para prestar una servicio rutinario en el
interior del edificio. Sin embargo, la propia Núñez ha insistido en que
sí se realizó un despliegue preventivo en los alrededores, programado
además, ha dicho, con antelación. Eso contradice lo que dijo el director
de Emergencias, que afirmó haberse enterado de casualidad de la
celebración del evento, por un correo rutinario de la Policía Municipal,
sin tiempo para programar un dispositivo adecuado.
Según Núñez, ese despliegue preventivo se realizó a las 2.29, es
decir, tres horas y media después del inicio de la fiesta, y dos horas y
media antes de su finalización. "A las 2.29 se decide situar dos
unidades como dispositivo preventivo para cubrir las posibles
asistencias en el exterior. Por tanto sí hubo una planificación de los
servicios y se aconsejó un despliegue preventivo en el exterior del
pabellón". Para entonces, el Samur ya había tenido que acudir a atender a
una decena de personas, varias de ellas menores, varias de ellas
hospitalizadas después. La Policía Municipal sabía además, pese a que no
lo evitó, que se estaba celebrando un botellón con miles de personas en
los alrededores del pabellón desde la nueve de la noche.
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