Advertidos quedan los buscadores de OVNIS, amigos del más allá y
conspiradores. Cuando el próximo 8 de octubre ocurran cosas extrañas en
el cielo de Rosewell, Nuevo México, donde en 1947 dicen que unos
marcianos estrellaron la nave en la nos visitaban y resultaron
capturados por el ejército estadounidense -que realizó autopsias a los
fallecidos-, no se tratará de un nuevo caso paranormal. El responsable
será un tipo de carne y hueso, algo pirado, procedente de Salsburgo,
donde nació en 1969.
La cuenta atrás definitiva para el salto en caída libre de Felix Baumgartner
desde las puertas del espacio comenzó el lunes, después de que el
Director Técnico del proyecto, Art Thompson, declarase que la cápsula
presurizada que se va a utilizar y todos sus sistemas funcionan
correctamente. La nueva fecha provisional para el salto desde una
altitud de 36.576 metros es el 8 de octubre, momento en el que
finalizará un periodo de agónica incertidumbre para el equipo y para
Baumgartner.
El deportista extremo austriaco ha tenido que soportar una espera que
no tenía un final determinado debido al laborioso trabajo de reparación
de su cápsula, pero ahora está encantado de que la cuenta atrás
definitiva para convertirse en la primera persona que supere la barrera
del sonido sin apoyo mecánico. "Me siento como un tigre que espera salir
de su jaula", confiesa Baumgartner, de 43 años, uno de los saltadores
BASE más respetados del mundo. Ya en 2003, fue la primera persona que
atravesó el Canal de la Mancha, equipado con una ala de fibra de carbono
en un salto en caída libre. En el salto supersónico de la misión Red
Bull Stratos, Baumgartner surcará el cielo a la misma velocidad de una
bala.
Baumgartner y el equipo de la misión se han estado preparando para
este salto a gran altitud durante años, con el objetivo de superar las
marcas establecidas hace 52 años por el antiguo coronel norteamericano
Joe Kittinger. La cápsula, que con 1.315 kilos pesa más o menos lo mismo
que un VW Beetle, sufrió desperfectos cuando aterrizó bruscamente tras
el último salto de prueba efectuado por Baumgartner el pasado mes de
julio, desde una altitud de 29.610 metros. Entonces, el austriaco
alcanzó una velocidad de 864 km/h., es decir, tan rápido como un avión
comercial. Y pocos minutos después aterrizó sano y salvo en el desierto
de Nuevo México.
El lunes, 24 de septiembre, realizó un test en una cámara hipobárica
en la base de Brooks City, en la ciudad de San Antonio (Texas). La
cápsula fue expuesta a condiciones extremas muy cercanas a las que
deberá soportar a las puertas del espacio. Después de que el resultado
del test fuese positivo, la cápsula se envió de vuelta a Roswell.
Uno de los objetivos principales del proyecto Red Bull Stratos
consiste en recoger datos científicos que, en última instancia, ayuden a
mejorar la seguridad de los viajes espaciales, y que permitan el
desarrollo de procedimientos de escape de una nave espacial a gran
altitud. Con el salto se intentarán batir hasta cuatro récords: mayor
velocidad en caída libre, salto de mayor altitud, vuelo en globo
tripulado de mayor altitud y caída libre más larga.
Thompson se muestra reservadamente optimista acerca de la fecha del
Salto Final, el 8 de octubre, ya que sabe mejor que nadie que el clima
debe ser perfecto para que el globo de helio de 850.000 metros cúbicos
de capacidad y fabricado en un tipo de plástico diez veces más fino que
el de una bolsa desechable, pueda despegar sin dificultades. El
meteorólogo de la misión, Don Day, confirmó que "el principio del otoño
en Nuevo México es uno de los mejores momentos del año para el
lanzamiento de globos estratosféricos”.
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