Damasco, 14 ago (PL) Varias televisoras árabes se hacen eco hoy de acciones de violencia de las bandas armadas contra civiles sirios, partidarios del gobierno del presidente Bashar al-Assad.
Un canal del Líbano y televisoras de otros países árabes muestran este martes como un grupo de insurgentes procede a degollar a un partidario del gobierno sirio y plantean que eso le pasará a todos los que apoyen a al-Assad.
Atado de manos y piernas, en medio de sus gritos y la algarabía de sus captores, se ve como es cortado el cuello del simpatizante gubernamental y la sangre fluir a borbotones hasta cubrir el suelo, mientras varios de los llamados rebeldes lanzaban consignas y lemas.
La admisión de estas acciones muestran la forma violenta en que se desarrolla la agresión contra el pueblo sirio, comentan algunos observadores.
Esta situación coincide con declaraciones a la televisión local de uno de los muftíes (dirigente religioso) de los grupos terroristas armados en al-Mleha, en Damasco Campo, llamado Ahmed Ali Ahmed Garybo.
En sus palabras, el religioso reconoció haber emitido edictos (fatwas) para los grupos armados en Damasco en los cuales autorizaba el homicidio y la comisión de crímenes contra los ciudadanos.
Garybo narró los crímenes y las agresiones llevadas a cabo por parte de grupos terroristas en Damasco Campo, con el dinero y las armas que se recibían del extranjero, especialmente de Arabia Saudita, y con la ayuda de mercenarios extranjeros, en especial provenientes de países árabes.
En sus declaraciones, el clérigo musulmán manifestó que muchos de los insurgentes eran adictos a las drogas, incluso, uno de ellos violó a una mujer casada, actos contrarios a las prédicas del Islam.
Indicó que entre sus acciones estuvo dictar la fatua 107 que autorizaba a los armados o les permitía matar a cualquiera, ya fueran civiles o militares, que mantuvieran tratos con el Gobierno.
Aclaró que a causa de su decisión, el asesinato se convirtió en algo natural para los insurgentes, quienes mutilaban los cuerpos, incluso, contó, como fueron asesinadas cinco personas y sus restos arrojados a un desagüe de aguas albañales y dentro de contenedores de basura.
Gharibo aseguró que estas prácticas son impulsadas por miembros de la red al-Qaeda y Al-Nasra Jabhat, y que esos extremistas takfiris creen en el sectarismo, el derramamiento de sangre y lo consideran algo legítimo y no tienen ningún problema para matar a civiles durante sus acciones.
Un canal del Líbano y televisoras de otros países árabes muestran este martes como un grupo de insurgentes procede a degollar a un partidario del gobierno sirio y plantean que eso le pasará a todos los que apoyen a al-Assad.
Atado de manos y piernas, en medio de sus gritos y la algarabía de sus captores, se ve como es cortado el cuello del simpatizante gubernamental y la sangre fluir a borbotones hasta cubrir el suelo, mientras varios de los llamados rebeldes lanzaban consignas y lemas.
La admisión de estas acciones muestran la forma violenta en que se desarrolla la agresión contra el pueblo sirio, comentan algunos observadores.
Esta situación coincide con declaraciones a la televisión local de uno de los muftíes (dirigente religioso) de los grupos terroristas armados en al-Mleha, en Damasco Campo, llamado Ahmed Ali Ahmed Garybo.
En sus palabras, el religioso reconoció haber emitido edictos (fatwas) para los grupos armados en Damasco en los cuales autorizaba el homicidio y la comisión de crímenes contra los ciudadanos.
Garybo narró los crímenes y las agresiones llevadas a cabo por parte de grupos terroristas en Damasco Campo, con el dinero y las armas que se recibían del extranjero, especialmente de Arabia Saudita, y con la ayuda de mercenarios extranjeros, en especial provenientes de países árabes.
En sus declaraciones, el clérigo musulmán manifestó que muchos de los insurgentes eran adictos a las drogas, incluso, uno de ellos violó a una mujer casada, actos contrarios a las prédicas del Islam.
Indicó que entre sus acciones estuvo dictar la fatua 107 que autorizaba a los armados o les permitía matar a cualquiera, ya fueran civiles o militares, que mantuvieran tratos con el Gobierno.
Aclaró que a causa de su decisión, el asesinato se convirtió en algo natural para los insurgentes, quienes mutilaban los cuerpos, incluso, contó, como fueron asesinadas cinco personas y sus restos arrojados a un desagüe de aguas albañales y dentro de contenedores de basura.
Gharibo aseguró que estas prácticas son impulsadas por miembros de la red al-Qaeda y Al-Nasra Jabhat, y que esos extremistas takfiris creen en el sectarismo, el derramamiento de sangre y lo consideran algo legítimo y no tienen ningún problema para matar a civiles durante sus acciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario