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lunes, 20 de agosto de 2012

Dos parados se suicidan en Italia en menos de 24 horas

Un hombre en paro de 48 años se quemó a lo bonzo en un descampado a las afueras de Turín (norte de Italia) ayer domingo. La policía halló junto a su cadáver una botella con restos de líquido inflamable y, en el piso en el que vivía solo, una nota en la que describía las razones de su suicidio: había perdido el trabajo y no había podido conseguir otro. También este domingo murió en Roma Angelo Di Carlo, un obrero también desempleado de 54 años, que se había prendido fuego la noche del 11 de agosto frente a la sede del Congreso de los Diputados en la capital italiana. Poco después de la medianoche, el hombre se roció líquido inflamable, sacó un mechero de sus ropas y se prendió fuego. Los carabinieri fueron los que consiguieron extinguirlo. Aun así, no sobrevivió a las heridas. Murió a consecuencia de las quemaduras que presentaba en el 85% de su cuerpo.

Di Carlo era viudo y estaba a la mitad de un juicio contra sus hermanos por una herencia. En su mochila se hallaron dos cartas: una para su abogado y otra para su hijo, a quien dejó 160 euros de herencia.

La ola de suicidios se ha incrementado en Italia en los últimos meses. Al menos una treintena se han registrado en lo que va del año.

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