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domingo, 1 de julio de 2012

Muere el abuelo francés de Internet


Fue Internet antes de Internet. El invento digital para padres y abuelos que abrió el camino al sistema que hoy dominan hijos y nietos. Gracias a él, toda una generación de franceses se inicio en la Red. El Minitel era como un pequeño ordenador, con pantalla y teclado, conectado a un teléfono. Hoy trasto viejo, dentro de unos años será una reliquia cotizada en el mercado de antigüedades.

Francia acaba de desconectar al abuelo de Internet. El sábado a las 23.59 horas certificó su muerte, aunque hace ya tiempo que esta tecnología francesa agonizaba. Salió del cascarón de France Télécom en 1981. Primero se estrenó en Ille et Vilaine y en 1982 se extendió al resto del país. Entonces era el sistema que permitía a ciudadanos y empresas acceder a la Red.

Se usaba para hacer reservas de viajes, buscar informaciones o chatear. También para consultar las páginas eróticas y de contactos. En 1987 los franceses pasaban 100.000 horas al mes en estos primeros espacios destinados a encontrar al alma gemela en el mundo virtual.

Los usuarios tenían que introducir unos códigos numéricos seguidos de varias letras. Grande en tamaño, exigía además un ritual de acceso hoy impensable para muchos. Los que disponían de esta terminal pagaban por tiempo de conexión, como si fuera una llamada telefónica. Las tarifas iban desde 0,02 a 1,41 euros el minuto. Transpac era la red utilizada por los aparatos. Francesa, no permitía el accedo a redes gemelas de otra nacionalidad.

Iguales pero diferentes

"Internet es una red de redes, con una lógica diferente a la de Minitel", explica al diario 'Le Monde' Benjamin Thierry, experto en telecomunicaciones y autor de un libro sobre el sistema patrio de acceso a la Red. "Con el Minitel los usuarios se conectaban a los servidores centrales para acceder a los datos. Internet no está centralizada. Es una red en la que cada ordenador es a la vez emisor y receptor de información", explica Valerie Schafer, del instituto de comunicación del CNRS.

En los 90 Minitel era muy popular. Era el orgullo telemático nacional. Inició a muchos en el lenguaje digital y llegó a tener 25 millones de usuarios y a prestar más de 25.000 servicios a sus seguidores. Pero su propia fórmula de éxito lo acabó sepultando. Internet se democratizó, extendió su dominio más allá de las terminales de Minitel y se abrió a todos.

Si antes los que disponían de esta tecnología era los pioneros, hoy el que lo conserva se arriesga a ser considerado un anticuado. "Minitel ha favorecido el uso de Internet, muchos de los conceptos que hoy dominan nuestra vida digital ya existían con este invento pionero", explica Benjamin Thierry.

Ricos de Minitel

Como ha ocurrido con internet, muchos han hecho fortuna al calor de este aparato ya prehistórico. Xavier Niel, Louis Roncin o Claude Pendriel son la versión gala de Bill Gates o Steve Jobs, algunos de los proveedores de servicios que hicieron dinero gracias a Minitel.

En otros países tuvo su réplica, aunque ni el Prestel de Reino Unido ni el Bildschinmtext alemán lograron el éxito del modelo galo. En España su gemelo era Ibertex, aunque tampoco sedujo como su idéntico. En 2000 había en Francia nueve millones de terminales subvencionadas por el Gobierno y su cifra de negocio llegó a los 1.000 millones de euros.

El cambio de siglo marcó su decadencia. A medida que la Red se hacía popular, el Minitel cedía terreno. En 2010 facturó 30 millones de euros. Aunque France Télécom diagnosticó su muerte para 2011, finalmente la retrasó al 30 de junio de 2012. Hasta ayer había 600.000 terminales en funcionamiento, supervivientes de Internet, objetos de culto para los románticos virtuales.

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