Tegucigalpa, 28 feb (PL) Con 82 homicidios por cada 100 mil habitantes, Honduras registra la más alta tasa de violencia en Centroamérica, reveló el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, difundido hoy aquí.
En la región centroamericana operan más de 900 maras (pandillas) con más de 70 mil miembros y las cifras de asesinatos llegan a 82 por cada 100 mil habitantes en Honduras, 65 en El Salvador y 40 en Guatemala, señala el documento divulgado este martes por el medio informativo digital elheraldo.hn.
Según el texto, la violencia de organizaciones de narcotraficantes, bandas transnacionales, pandillas locales y otros grupos ha alcanzado niveles alarmantes que no tienen precedentes, sobre todo en los tres países antes mencionados.
Como causas del incremento de los números de delincuencia en la referida zona, la JIFE cita el tráfico de drogas, la violencia juvenil y las pandillas callejeras, junto con la amplia disponibilidad de armas de fuego.
"La pobreza, la desigualdad social y la ausencia de oportunidades económicas para los jóvenes, así como la emigración, son factores que han permitido que el narcotráfico prospere en la región", indica el informe.
El problema de la droga se agrava, acota el resumen del 2011, por la debilidad de las instituciones estatales como las policías carcomidas por la corrupción, a su vez alentada por el poder y la disponibilidad de fondos del narcotráfico.
Para JIFE, casi el 90 por ciento de la cocaína que llega a Estados Unidos -el mayor consumidor de estupefacientes en el mundo- pasa por México y Centroamérica, puente natural de los narcóticos trasladados de Suramérica a Norteamérica.
Las sugerencias del informe están enfocadas a que los gobiernos centroamericanos apliquen estrategias regionales contra el narcotráfico, controlen las armas de fuego, realicen reformas de justicia, y eroguen más dinero para programas de salud pública y campañas de prevención del uso de sustancias alucinógenas.
Tal balance aflora mientras está en la palestra una polémica proposición de la administración guatemalteca, encabezada por su presidente Otto Pérez Molina, sobre la despenalización de estupefacientes en Centroamérica.
En la región centroamericana operan más de 900 maras (pandillas) con más de 70 mil miembros y las cifras de asesinatos llegan a 82 por cada 100 mil habitantes en Honduras, 65 en El Salvador y 40 en Guatemala, señala el documento divulgado este martes por el medio informativo digital elheraldo.hn.
Según el texto, la violencia de organizaciones de narcotraficantes, bandas transnacionales, pandillas locales y otros grupos ha alcanzado niveles alarmantes que no tienen precedentes, sobre todo en los tres países antes mencionados.
Como causas del incremento de los números de delincuencia en la referida zona, la JIFE cita el tráfico de drogas, la violencia juvenil y las pandillas callejeras, junto con la amplia disponibilidad de armas de fuego.
"La pobreza, la desigualdad social y la ausencia de oportunidades económicas para los jóvenes, así como la emigración, son factores que han permitido que el narcotráfico prospere en la región", indica el informe.
El problema de la droga se agrava, acota el resumen del 2011, por la debilidad de las instituciones estatales como las policías carcomidas por la corrupción, a su vez alentada por el poder y la disponibilidad de fondos del narcotráfico.
Para JIFE, casi el 90 por ciento de la cocaína que llega a Estados Unidos -el mayor consumidor de estupefacientes en el mundo- pasa por México y Centroamérica, puente natural de los narcóticos trasladados de Suramérica a Norteamérica.
Las sugerencias del informe están enfocadas a que los gobiernos centroamericanos apliquen estrategias regionales contra el narcotráfico, controlen las armas de fuego, realicen reformas de justicia, y eroguen más dinero para programas de salud pública y campañas de prevención del uso de sustancias alucinógenas.
Tal balance aflora mientras está en la palestra una polémica proposición de la administración guatemalteca, encabezada por su presidente Otto Pérez Molina, sobre la despenalización de estupefacientes en Centroamérica.
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