El juego es un comportamiento habitual entre las crías de los mamíferos porque, además de entretener, tiene importantes consecuencias en el desarrollo de los individuos. En el caso de nuestros parientes los chimpancés, además, estas diversiones son similares a las de los niños, y sus consecuencias también.
Esta es la principal conclusión de un trabajo publicado en la revista 'PLoS One' esta semana por los italianos Isabel Palagi y Giada Cordoni, de la Universidad de Pisa. Tras observar a los chimpancés de los zoológicos de Beauval y Dierenpark Amersfoort, encontraron que el tiempo que pasaban en soledad y jugando con compañeros era prácticamente igual entre las crías de chimpancé y las humanas.
Este tipo de relación social cambiaba totalmente cuando ambos primates crecían, tanto por la complejidad de los entretenimientos como por el concepto de amistad, acentuando las diferencias, pero no en sus primeros años.
En comparación con otros trabajos previos, los investigadores observaron que ambas especies experimentan un desarrollo tanto cuantitativo como cualitativo muy significativo en su comportamiento durante los juegos y es parecido durante la infancia y la adolescencia.
Tanto los chimpancés como los niños utilizan constantemente expresiones faciales juguetonas para comunicarse y construyen redes sociales con ellas. Respecto al tema de la amistad, encontraron que ambos prefieren a los pares como socios en sus actividades lúdicas.
Palagi explica que ésta es la primera investigación que compara el comportamiento del juego en chimpancés y en humanos de una manera estandardizada. "Es importante, porque esta clase de datos nos llegan a menudo desde la investigación psicológica, y no de la etológica", explica la primatóloga.
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