El comunismo ha resucitado en las elecciones legislativas danesas. La coalición Lista Unida, un conglomerado "sin líderes" de partidos marxistas, trotskistas y maoístas, ha triplicado sus votos (del 2,2 al 6,7%) y pasará de 4 a 12 diputados. Un éxito basado sobre todo en el carisma de su portavoz parlamentaria, Johanne Schmidt-Nielsen (ningún parentesco con Helle Thorning-Schmidt), una joven diputada de 27 años que bajo sus rubios bucles se ha convertido en toda una estrella mediática en Dinamarca.
Los miembros de Lista Unida, que será aliado parlamentario del nuevo Gobierno de la socialdemócrata Thorning, no suelen definirse como comunistas, pero el artículo séptimo de su Programa de Principios no deja lugar a dudas: "Luchamos por un socialismo que conduzca hacia una sociedad comunista sin clases".
"Cuando hablamos de utopía comunista", ha explicado Schmidt-Nielsen en el diario Politiken, "significa una sociedad donde nadie gana dinero gracias al trabajo ajeno. Donde todos contribuyen y la riqueza se reparte equitativamente. Es una hermosa utopía".
El comunismo sin clases empieza por los propios diputados de la coalición, que solo pueden serlo durante dos legislaturas consecutivas y cuyo sueldo no debe superar el salario medio de un trabajador del metal danés. Dado que la paga de un parlamentario corre a cargo del Estado y es mucho más elevada, la diferencia se abona como un impuesto para el partido.
Algunos de los nuevos diputados de Lista Unida han apoyado económicamente a grupos que figuran en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea, como las FARC colombianas o el PFLP palestino, pero la línea oficial de la coalición se opone por completo al uso de la violencia.
'No apoyamos a las FARC'
"No apoyamos ni a las FARC, ni al PFLP, y condenamos sus violaciones de los derechos humanos. Así es nuestra política, y así debe ser la política de nuestros parlamentarios", asegura Line Barfoed, diputada durante las dos últimas legislaturas y miembro de la comisión electoral del partido.
Bajo la influencia de Schmidt-Nielsen, Barfoed y otro de sus diputados, Per Clausen, Lista Unida, cuyos votantes se concentran de forma abrumadora en la zona de Copenhague, ha dejado atrás esa anacrónica imagen de carcamales comunistas con barba de marinero y jerseis de lana islandeses. "Nos hemos modernizado, y lo hemos hecho sin desplazarnos hacia la derecha", ha explicado Schmidt-Nielsen tras confirmarse un éxito que la extrema izquierda no vivía desde 1977.
Una alusión nada velada a sus aliados socialdemócratas y socialistas, pero que según los expertos resulta un tanto discutible. El pasado 19 de marzo, la coalición votó a favor de la participación danesa en la intervención militar de la OTAN en Libia. Algo absolutamente impensable hace apenas un par de años, si bien es cierto que 12 días más tarde, presionado por las bases, el grupo parlamentario retiró el apoyo argumentando que el uso de la fuerza estaba siendo excesivo.
El regusto comunista tras la jornada electoral, en cualquier caso, no se limita a Lista Unida. Ole Sohn, lugarteniente del líder socialista, Villy Søvndal, y que suena como futuro ministro de Finanzas, fue secretario general del Partido Comunista Danés (DKP, hoy englobado en Lista Unida) y en 1989 asistió como invitado de honor de Erich Honecker al desfile por el 40 aniversario de la fundación de la RDA. Hoy reniega de su pasado y dice que estaba "equivocado". Incluso la nueva primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, ha visto la hoz y el martillo con simpatía. Aunque de joven votaba sobre todo a los socialistas, en una ocasión optó por el DKP.
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