Guatemala (PL) Cuatro meses y nueve días después de haber comenzado la campaña proselitista, el sufragio confirmó lo presagiado por las encuestas: habrá segunda vuelta para elegir al nuevo presidente de Guatemala.
El general retirado Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), hizo honor a los pronósticos precontienda y alcanzó la mayor votación entre los 10 aspirantes.
Escrutadas casi todas las boletas válidas, Pérez Molina sacó casi 13 puntos porcentuales a su más cercano rival, Manuel Baldizón, de Libertad Democrática Renovada (Lider).
Su éxito abarcó 18 departamentos, en tanto a Baldizón le correspondió en los restantes cuatro y Suger fue tercero en casi todos.
En el Distrito Central, la capital, Pérez Molina fue primero, Suger lo siguió y a continuación quedó Harold Caballeros, de la coalición Visión con Valores-Encuentro por Guatemala (VIVA-EG) quien relegó a Baldizón al cuarto puesto.
Ambos candidatos más votados tendrán ahora hasta el 6 de noviembre, para cuando está programado el balotaje, un período en el cual desarrollar nuevas estrategias, o las mismas mejoradas, y buscar alianzas con los partidos por debajo de ellos.
En ese sentido el exmilitar ya se pronunció favorable y mencionó la posibilidad de hacerlo con Compromiso, Renovación y Orden, y VIVA-EG, tercera y quinta en el sufragio, respectivamente.
Uno de los dos aspirantes triunfará, pero independientemente de quién sea, lo seguro desde ahora es que Guatemala tendrá a una mujer como vicepresidenta desde el 14 de enero de 2012 y en los cuatro años sucesivos.
Roxana Baldetti, máxima dirigente del PP, acompaña a Pérez Molina en la fórmula de esa agrupación, mientras en Lider es Raquel Blandón la que opta por el cargo.
Las diferencias entre ambas fueron notables durante la campaña proselitista, pues mientras Baldetti hizo valer su acostumbrado accionar como figura pública, a Blandón era difícil visualizarla en algún acto o propaganda de cualquier tipo.
En este proceso, además, participaron tres mujeres como candidatas a la presidencia, una de ellas la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, por segunda vez y ahora por la alianza de izquierda Frente Amplio.
Igualmente estuvieron Adela Camacho, por Acción de Desarrollo Nacional, y Patricia Escobar, del Partido Unionista, fundado por su esposo Alvaro Arzú, presidente de la República de 1996 al 2000 y reelecto alcalde de la capital por tercera vez consecutiva.
Este proceso tuvo muchos inconvenientes y el día del sufragio hubo desde aislados hechos violentos hasta denuncias de irregularidades, así como críticas por la lentitud para dar los primeros resultados y los sucesivos.
Sin embargo, en algo todos coinciden: hubo una participación histórica, pues con más de cinco millones que pasaron por las urnas se logró el 68 por ciento del padrón.
Desde las elecciones celebradas en 1985 no ocurría esto, entonces sobrepasó en algo el 69 por ciento para elegir al demócrata cristiano Vinicio Cerezo, en el punto que marcó el término de los regímenes militares.
Y no solo fue histórico el paso de los mayores de edad por las juntas electorales, pues en 20 por ciento se incrementó respecto a 2007 el de quienes de las manos de sus padres u otros familiares respondieron al llamado de los comicios infantiles. Creado como forma de inculcar a los infantes desde temprano la conciencia por su derecho ciudadano, ese proceso también tuvo su listado previo de inscripciones al cual se incorporaron más de 500 mil menores entre los cinco y los 14 años.
De ellos, unos 300 mil acudieron a las más de 360 mesas electorales abiertas en 89 municipios de las 22 localidades cabeceras de departamentos.
En esta ocasión destacó cómo el 60 por ciento de los 31 mil 795 aspirantes a algún cargo de elección popular fueron personas de 18 a 30 años de edad, así como que el 15 por ciento del total eran mujeres.
Las féminas superaban en el padrón electoral a los hombres, como mismo ocurre en la población del país.
Rumbo al Congreso de la República 127 de los 158 diputados fueron por la reelección, en planillas de 293 inscritos por listado nacional y mil 382 por los de distritos.
A dos mil 479 puestos en los 333 municipios aspiraron 29 mil 108 a alcaldes, síndicos y concejales, de acuerdo con las cifras proporcionadas por el Tribunal Supremo Electoral.
Esas abarcaron también a 242 optantes por 20 bancas (titulares y suplentes) en el Parlacen, cuya sede permanente está en la capital.
Alrededor de 35 millones de boletas con cinco colores por grupos, según el cargo por el cual se votaba, fueron distribuidas en los dos mil 500 centros de sufragio, que contaban con 16 mil 668 mesas.
Conocidos los dos contendientes por la presidencia en el balotaje, un diario local recordó el comportamiento de las elecciones para los últimos tres mandatarios: siempre quien fue segundo en el primer intento triunfó en el siguiente.
Así ocurrió con Alfonso Portillo cuando en 1995 fracasó y cuatro años después venció para gobernar de 2000 a 2004, con Oscar Berger (2004-2008) y con Alvaro Colom (2008-2012), quien derrotó a Otto Pérez Molina.
¿Se mantendrá la tradición con el exgeneral?
El general retirado Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), hizo honor a los pronósticos precontienda y alcanzó la mayor votación entre los 10 aspirantes.
Escrutadas casi todas las boletas válidas, Pérez Molina sacó casi 13 puntos porcentuales a su más cercano rival, Manuel Baldizón, de Libertad Democrática Renovada (Lider).
Su éxito abarcó 18 departamentos, en tanto a Baldizón le correspondió en los restantes cuatro y Suger fue tercero en casi todos.
En el Distrito Central, la capital, Pérez Molina fue primero, Suger lo siguió y a continuación quedó Harold Caballeros, de la coalición Visión con Valores-Encuentro por Guatemala (VIVA-EG) quien relegó a Baldizón al cuarto puesto.
Ambos candidatos más votados tendrán ahora hasta el 6 de noviembre, para cuando está programado el balotaje, un período en el cual desarrollar nuevas estrategias, o las mismas mejoradas, y buscar alianzas con los partidos por debajo de ellos.
En ese sentido el exmilitar ya se pronunció favorable y mencionó la posibilidad de hacerlo con Compromiso, Renovación y Orden, y VIVA-EG, tercera y quinta en el sufragio, respectivamente.
Uno de los dos aspirantes triunfará, pero independientemente de quién sea, lo seguro desde ahora es que Guatemala tendrá a una mujer como vicepresidenta desde el 14 de enero de 2012 y en los cuatro años sucesivos.
Roxana Baldetti, máxima dirigente del PP, acompaña a Pérez Molina en la fórmula de esa agrupación, mientras en Lider es Raquel Blandón la que opta por el cargo.
Las diferencias entre ambas fueron notables durante la campaña proselitista, pues mientras Baldetti hizo valer su acostumbrado accionar como figura pública, a Blandón era difícil visualizarla en algún acto o propaganda de cualquier tipo.
En este proceso, además, participaron tres mujeres como candidatas a la presidencia, una de ellas la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, por segunda vez y ahora por la alianza de izquierda Frente Amplio.
Igualmente estuvieron Adela Camacho, por Acción de Desarrollo Nacional, y Patricia Escobar, del Partido Unionista, fundado por su esposo Alvaro Arzú, presidente de la República de 1996 al 2000 y reelecto alcalde de la capital por tercera vez consecutiva.
Este proceso tuvo muchos inconvenientes y el día del sufragio hubo desde aislados hechos violentos hasta denuncias de irregularidades, así como críticas por la lentitud para dar los primeros resultados y los sucesivos.
Sin embargo, en algo todos coinciden: hubo una participación histórica, pues con más de cinco millones que pasaron por las urnas se logró el 68 por ciento del padrón.
Desde las elecciones celebradas en 1985 no ocurría esto, entonces sobrepasó en algo el 69 por ciento para elegir al demócrata cristiano Vinicio Cerezo, en el punto que marcó el término de los regímenes militares.
Y no solo fue histórico el paso de los mayores de edad por las juntas electorales, pues en 20 por ciento se incrementó respecto a 2007 el de quienes de las manos de sus padres u otros familiares respondieron al llamado de los comicios infantiles. Creado como forma de inculcar a los infantes desde temprano la conciencia por su derecho ciudadano, ese proceso también tuvo su listado previo de inscripciones al cual se incorporaron más de 500 mil menores entre los cinco y los 14 años.
De ellos, unos 300 mil acudieron a las más de 360 mesas electorales abiertas en 89 municipios de las 22 localidades cabeceras de departamentos.
En esta ocasión destacó cómo el 60 por ciento de los 31 mil 795 aspirantes a algún cargo de elección popular fueron personas de 18 a 30 años de edad, así como que el 15 por ciento del total eran mujeres.
Las féminas superaban en el padrón electoral a los hombres, como mismo ocurre en la población del país.
Rumbo al Congreso de la República 127 de los 158 diputados fueron por la reelección, en planillas de 293 inscritos por listado nacional y mil 382 por los de distritos.
A dos mil 479 puestos en los 333 municipios aspiraron 29 mil 108 a alcaldes, síndicos y concejales, de acuerdo con las cifras proporcionadas por el Tribunal Supremo Electoral.
Esas abarcaron también a 242 optantes por 20 bancas (titulares y suplentes) en el Parlacen, cuya sede permanente está en la capital.
Alrededor de 35 millones de boletas con cinco colores por grupos, según el cargo por el cual se votaba, fueron distribuidas en los dos mil 500 centros de sufragio, que contaban con 16 mil 668 mesas.
Conocidos los dos contendientes por la presidencia en el balotaje, un diario local recordó el comportamiento de las elecciones para los últimos tres mandatarios: siempre quien fue segundo en el primer intento triunfó en el siguiente.
Así ocurrió con Alfonso Portillo cuando en 1995 fracasó y cuatro años después venció para gobernar de 2000 a 2004, con Oscar Berger (2004-2008) y con Alvaro Colom (2008-2012), quien derrotó a Otto Pérez Molina.
¿Se mantendrá la tradición con el exgeneral?
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