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domingo, 26 de junio de 2011

Moratinos: 'Estoy convencido de poder acabar con el hambre en el mundo' QUE MENTIROSO!!!!


En los últimos cinco meses el ex ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos no ha parado: ha recorrido 90 países, 35 de ellos africanos. Lo ha hecho dentro de su campaña para convertirse en el nuevo secretario general de la FAO, la agencia de la ONU dedicada a la agricultura y la alimentación que desde 1949 trata (sin éxito) de acabar con el hambre en el mundo. Una lacra terrible contra la cual Moratinos dice tener la receta y que se muestra convencido de derrotar si es elegido para llevar las riendas de la FAO en sustitución del senegalés Jacques Diouf, en el cargo desde hace 17 años.

Graziano da Silva. | Afp

Graziano da Silva. | Afp

Este domingo comprobará si sus esfuerzos dan los frutos esperados. A partir de las 10.30 de la mañana los 191 países miembros de la FAO comenzarán a votar en secreto para elegir al nuevo secretario general de esa organización. Moratinos compite por el puesto con otros cinco candidatos: el austriaco Franz Fischler, el brasileño José Graziano da Silva, el indonesio Indroyono Soesilo, el iraní Mohammad Saeid Noori Naeini y el iraquí Abdul Latif Rashid. Pero todas las apuestas indican que la batalla final se librará entre Moratinos y a Graziano da Silva, los grandes favoritos. Para conocer al vencedor habrá que contener la respiración hasta alrededor de las 16.30, cuando se calcula que se conocerá el resultado.

Pregunta.- ¿Sigue pensando que será el próximo secretario general de la FAO?
Respuesta.-
Yo siempre soy optimista y sigo teniendo la esperanza de que puedo obtener la confianza de los estados miembros. Pero lógicamente son ellos los que tienen la última palabra.

P.- Si es elegido hoy para llevar las riendas de la FAO, ¿qué hará?
R.-
Parafraseando a Maquiavelo, que decía que para mostrar autoridad hay que ejecutar a alguien, yo me propongo ejecutar mi programa. Y en programa me comprometo a erradicar el hambre, a garantizar la seguridad alimentaria, a trabajar para dar seguridad y estabilidad a los países agrarios y a reformar la FAO de manera inmediata y urgente pero también sostenible.

'De lo que se trata es de afrontar el problema con una nuevo enfoque'

P.- ¿Continua entonces convencido de poder erradicar el hambre en el mundo?
R.-
Absolutamente sí, más que nunca. Sobre todo porque he constatado sobre el terreno que de lo que se trata es de afrontar el problema con una nuevo enfoque, con una nueva metodología y con nuevos recursos financieras. ¿Cómo no se va a poder erradicar el hambre si tenemos todas las capacidades económicas, tecnológicas, humanas, políticas y financieras para lograrlo? Lo que hace falta articularlas adecuadamente.

P.- ¿Y qué plazos se marca para lograr conseguirlo?
R.-
Pues mi mandato, que de salir elegido comenzaría en enero de 2012 y concluiría en 2015. A lo mejor en ese tiempo no se lograría erradicar el hambre al 100%, pero se tiene que ver un cambio notable, se tiene que constatar que hay una nueva tendencia, una nueva realidad y nuevos resultados.

P.- ¿Y qué ocurrirá si fracasa y seguimos sin lograr acabar con el hambre?
R.-
Será un riesgo máximo a la seguridad y a la paz colectiva. En el siglo XXI, en este mundo de la globalización en el que está globalizada la economía y a veces hasta la política, no podemos seguir sin globalizar la solidaridad. Los ciudadanos del mundo que pasan hambre no van a aceptar seguir pasando hambre eternamente. Por tanto, yo creo que a todos nos corresponde asumir esa responsabilidad. No podemos continuar con esta situación internacional donde el hambre y al pobreza nos interpelan cada día con más insistencia.

El papel del hambre en las revueltas

P.- ¿Las recientes revueltas por ejemplo del norte de Africa serían un ejemplo de lo que puede ocurrir?
R.-
Las revueltas del norte de Africa tienen muchos factores pero, lógicamente, uno de ellos es la situación de los precios agrícolas y la dificultad de acceder al mercado de productos básicos, problemas que sirvieron de multiplicador de otras reivindicaciones de esa primavera árabe. Pero lógicamente los problemas alimenticios afectaron y contribuyeron a amplificar el grado de revuelta, rebelión y revolución.

'España se merece tener este cargo. Somos no sólo un Gobierno, sino un país y una ciudadanía que cree en el sistema de Naciones Unidas'

P.- Si es elegido director general de la FAO se convertiría en el español con el cargo internacional más relevante en estos momentos. ¿Qué supondría para España?
R.-
Yo creo que para España sería muy importante. Además, España se lo merece. En los últimos años España ha apoyado intensamente todo el sistema de Naciones Unidas. Somos no sólo un Gobierno, sino un país y una ciudadanía que cree en el sistema de Naciones Unidas. España está contribuyendo de forma muy positiva a la creación de este mundo global que tiene como mejor expresión política las organizaciones y las agencias del sistema de Naciones Unidas. Y en esta nueva arquitectura de la relaciones internacional del siglo XXI qué mejor que con nuestra experiencia, modesta pero intensa, en el compromiso firme de los grandes objetivos del multilateralismo, sobre todo en la agenda del desarrollo, de la solidaridad, del diálogo, del entendimiento, de la tolerancia y de los resultados.

P.- ¿Y si pierde? ¿Qué hará?
R.-
No me lo planteo. El día después comenzaré a hacerlo, pero ahora no. Ha sido una campaña muy intensa y en lo que pienso es en alcanzar la confianza de la mayoría de los estados miembros.

P.- ¿Cuál es su punto fuerte para ser el nuevo secretario general de la FAO?
R.-
Mi punto fuerte es mi punto débil, y es no ser un experto agrónomo y venir del mundo de la política y la diplomacia. Eso es lo que me da un perfil diferente al de los otros candidatos, lo que me distingue de ellos y lo que ilusiona a muchos países, que ven en mí un futuro director general con unas características distintas a las que han tenido en el pasado los dirigentes de esta organización.

Reformas necesarias en la FAO

P.- ¿Si sale elegido se atreverá a reformar esa especie de monstruo en que se ha convertido la FAO?
R.-
Sí. Además, hay encuestas internas que dicen que el 95% del personal de la FAO pide con urgencia la reforma de ese organismo. Lo que piden es estar orgullosos de pertenecer a es institución, que la FAO tenga cada vez más credibilidad y sea más respetadas, que tenga cada vez más recursos. Y eso es lo que yo les ofrezco: que tengan la satisfacción de ser funcionarios de esta organización.

P.- ¿Cómo ha sido su campaña electoral?
R.-
Intensa e innovadora. Por un lado he tratado de conocer por dentro el estado actual de la FAO, sus proyectos de reforma, el estado de opinión de sus trabajadores, cómo se organiza y funciona... Pero también he querido tener la otra cara de la moneda: saber qué opinan los estados miembros el trabajo y la actuación de la FAO.

'Se quiere una FAO fuerte, dinámica, más presente y más cercana'

P.- ¿Y qué opinan?
R.-
He visitado 90 países, 35 de ellos africanos, no sólo para pedir su voto sino también para recabar lo que esperan de la FAO. Y lo que esperan es que lleve a cabo más políticas agrícolas y alimentarias. Lo que esperan es una FAO más cercana a sus políticas nacionales. La gente ha pedido más FAO, no menos FAO. Lo que yo he constatado es que quieren una FAO fuerte, dinámica, más presente y más cercana. La gente reconoce el valor de la FAO, aunque ésta en los últimos años, por dificultades financieras y de otro tipo, no haya podido atender sus necesidades y deseos. Y lo que yo he visto sobre el terreno es que en muchos países africanos se encuentran en una situación muy dramática y urgente ante este reto ineludible que es erradicar el hambre y garantizar la seguridad alimentaria.

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