Dos tercios de los alemanes dudan que el segundo rescate a Grecia sirva para algo y el 71% de los encuestados afirma que tiene "poca", "casi nada" o "ninguna" confianza en el euro. Alemania desayuna este domingo con este escalofriantes porcentaje que surge de una encuesta del Instituto Allensbach para el dominical 'FAZ am Sonntag'.
El pasado mes de abril, una encuesta similar otorgaba al euroescepticismo el 66%, un dato que en 2008, antes de que estallase la crisis, apenas llegaba al 30%. Este domingo, sin embargo, sólo el 15% espera que, después de la crisis de la deuda, la moneda única vuelva a estabilizarse.
Junio amenaza con convertirse en un punto de no retorno en las encuestas alemanas. Analizando la serie del Instituto Forsa, nos encontramos con que en mayo los alemanes respaldaban todavía mayoritariamente las ayudas a Grecia con un 52%, pero este mes ese apoyo apenas alcanza ya el 45%.
Esta realidad demoscópica se ve reflejada también en el debate público, en el que son muchas las voces que defienden públicamente la inutilidad del nuevo rescate a Grecia.
Debate
"Un nuevo rescate financiado a través de impuestos y de deuda carece de sentido y no tiene nada que ver con el concepto de solidaridad europea", dice el presidente de la Federación de Empresas Familiares de Alemania, Lutz Goebel. Los directivos de las grandes empresas se esfuerzan por hacer ver que "el euro es necesario", tal y como han firmado en páginas pagadas en toda la prensa nacional.
El presidente de la aseguradora Allianz, Michael Diekmann, defiende en un artículo que "el euro ha proporcionado a Europa un gran nivel de estabilidad de los precios, mayor incluso que el de EEUU" y "gracias a la moneda única, Europa mantiene una posición de peso económico", insistiendo en la idea de que "no podemos prescindir del euro".
Pero la élite económica y política que se aferra a la viabilidad del euro como única vía, ha perdido el respaldo de las bases. Caersten Linnemanns, diputado cristianodemócrata de 33 años, reconoce que tiene su 'e-mail' repleto de mensajes que repiten preguntas como "¿se puede saber por qué continuáis enviando millones y millones a los griegos?" o "¿podrías decirme qué ha sido de los millones y millones que les enviasteis el año pasado?".
En la bancada contraria del Bundestag, el diputado socialdemócrata Carsten Schneider, admite que difícilmente podría mantener ante el electorado de Turingia que lo eligió el mismo discurso de defensa del euro que pronuncia ante el parlamento alemán y constata que "el escepticismo, sencillamente, está ahí, ha calado en la población. No hay apenas nadie que apoye las siguientes ayudas a Grecia".
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