Lejos del escalofrío y rechazo que a muchos bañistas les produce la sensación de que las algas se les enreden entre las piernas, la vegetación marina tiene mucho que aportar y un aprovechamiento aún por explotar. De hecho, la ogonori y la aonori verde, además de ricas y saludables, son una fuente de inspiración en la Bahía de Cádiz.
Compuertas Parque Natural estrena un itinerario con las algas del Atlántico como hilo conductor de una experiencia que incluye recogida en los esteros, una visita a la empresa que las exporta, degustación gastronómica y, para terminar, relajante algaterapia.
La ruta comienza temprano, con la recogida de algas en las marismas de San Fernando antes de visitar el centro de visitantes del parque natural de la Bahía de Cádiz, donde el reloj biológico no lo marcan el día y la noche sino las mareas y una flora y una fauna adaptadas a un medio extremo. Un laberinto de caños, agua y sal donde Consuelo, Mónica y Raquel vislumbraron su futuro mientras estudiaban Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz.
En la ruta, ellas dan una lección magistral desde el fango, con sus trajes de neopreno, mientras recogen en las marismas ogonori, aonori verde o salicornia, que es una planta que crece en el borde de las salinas y que, por su parecido al de campo, también se le conoce como 'espárrago de mar'. A continuación, trasladan las algas a la sede de Suralgae, su empresa, donde las limpian de forma artesanal y las preparan en fresco, deshidratadas o en salazón para que la cocina también ofrezca el aroma, el sabor y la textura del mar, bien como aderezo o como parte destacada del menú.
Suralgae rompe todos los esquemas sobre las algas y Consuelo Guerra cuenta que "las hay verdes, pero también rojas, pardas, blancas, azuladas y que algunas las tomamos de forma mucho más habitual de los que pensamos porque, por ejemplo, se utilizan para elaborar gelatinas".
Pero las de los esteros naturales de San Fernando, a diferencia de otras algas del Atlántico, son especialmente ricas porque "aquí se nutren más, tienen más horas de sol y están protegidas para desarrollarse mejor que en mar abierto. Por eso aquí tienen más color y un sabor más intenso".
Muy cerca de la sede de Suralgae se encuentra Casa Miguel, también en San Fernando, donde el joven cocinero Miguel Ángel López prepara platos tan sugerentes como langostinos al ajillo envueltos en aonori verde, paella de marisco con aderezo de algas o revuelto de camarones con espárrago de mar en un restaurante de tradición familiar.
La ruta termina con sesión de algaterapia en Cádiz para proporcionar a la piel sensación de frescor y bienestar a través de la absorción de las vitaminas, oligoelementos, oligosacáridos y polisacáridos que contienen las algas. Una oferta distinta, una opción de reconvertir en atractivo turístico lo que el mar ofrece.
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