A las 6 de la mañana del día martes 15 de junio, el ejército israelí rodeó la aldea beduina de Fasayil, al norte de Jericó. Más de 15 vehículos militares llegaron a la zona, entre ellos dos excavadoras. El oficial a cargo del operativo ordenó a los residentes a evacuar a las chozas en las que vivían. Cuando los residentes se negaron, el ejército los evacuó violentamente mediante amenazas a punta de armas. Los soldados comenzaron cortando el suministro eléctrico de la aldea para luego terminar demoliendo sus precarias viviendas. Muchos de los residentes de Fasayil se quedaron sin hogar y sus cabras, la principal fuente de sustento, se quedaron sin corral.
Según las estimaciones del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre desplazamiento forzado, las demoliciones afectaron a unas 103 personas de 18 familias, incluyendo 64 niños. Alrededor de 21 estructuras, entre ellas 18 residenciales y tres corrales para los animales fueron demolidas. La comunidad había recibido una serie de órdenes de demolición en marzo de 2011.
Ibrahim Obaiat, presidente del consejo local del pueblo, informó que los soldados le dijeron que desde que el pueblo está situado en la zona C, bajo control total y exclusivo de Israel, toda construcción requiere del permiso de Israel. La experiencia demuestra que los residentes en repetidas ocasiones presentan las solicitudes de permisos de construcción, pero estas son rechazadas por Israel.
La demolición del día martes es parte de una amplia campaña de Israel de expulsar a los residentes palestinos de la Ribera Occidental del Valle del Jordán. Fathi Khtherat, coordinador de la Campaña de Solidaridad del Valle del Jordán, afirmó que "muchos palestinos han quedado sin hogar, especialmente los de las aldeas beduinas, como consecuencia de las políticas de demolición de Israel."
Israel, además, demolió cinco pozos de agua en la zona Alharaiek, al sur de Hebrón. El ejército declaró el área como zona militar cerrada y destruyeron los pozos. Cuando los residentes locales llegaron a protestar por la demolición, los soldados israelíes respondieron violentamente, además de disparar gases lacrimógenos.
Los pozos de agua destruidos eran propiedad de numerosas familias de la ciudad de Hebrón.
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