José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Leyendo el "Informe sobre el Estado Mundial de las Madres", de la ONG Save the Children, podemos saber que Noruega es el mejor país del mundo para ser madre, Afganistán el peor, y Cuba el más favorable, tanto del conjunto de América Latina como de los países que el informe denomina “menos desarrollados”, es decir, de los países del Sur (1).
Cuba queda por delante incluso de estados con más recursos como Israel, Chipre, Corea del Sur, Argentina, México, Turquía o Arabia Saudí.
El informe pone ejemplos de experiencias positivas y negativas en diversos países, pero no hace mención alguna al éxito de Cuba, que sin duda apunta a las políticas de estado en materia de salud y al emblemático Programa Materno-Infantil cubano (2).
Cuando han informado sobre el citado informe, la mayor parte de los grandes medios tampoco ha destacado la priviligiada situación de Cuba en dicho ranking .(3)
Y es que un dato de este tipo atenta, sin duda, contra el imaginario mediático que se construye a diario acerca de Cuba, basado en el catastrofismo y la demonización de su sistema político y social. Un dato que, además, genera incómodas preguntas que los medios prefieren no abordar: ¿por qué un país, como Afganistán, ocupado y “ayudado” económicamente por Estados Unidos, es el que presenta los peores indicadores en el cuidado de la maternidad, mientras que otro como Cuba, bloqueado y hostigado por dicha potencia, los mejores? (4) ¿Por qué países con recursos petroleros, incluso potencias como Israel, ofrecen menores garantías para la maternidad segura que un pequeño país como Cuba, carente de recursos naturales estratégicos, sin acceso a créditos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, y además bloqueado por la superpotencia que domina la economía del planeta?
Demasiadas preguntas y demasiado incómodas para unos medios de comunicación que prefieren un público menos reflexivo, dócil a sus esquemas y seguidor de sus señuelos.
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