En EEUU el sarampión está oficialmente erradicado desde el año 2000, sin embargo, las autoridades están preocupadas por el creciente número de casos que se diagnostican en niños procedentes de viajes al extranjero. Por eso, los Centros de Control de las Enfermedades (CDC) acaba de recomendar que, a partir de los seis meses, todos los menores que quieran salir de EEUU se vacunen para estar protegidos y evitar así la importación de la enfermedad.
En España, la protección contra esta infección se administra mediante la vacuna triple vírica (que también protege contra a rubeola y las paperas), con una primera dosis a los 12-15 meses y una segunda a los dos o tres años. Y aunque no es obligatoria, nuestro país puede presumir de unos altos índices de vacunación (mientras que en EEUU, un infundado temor a la relación de esta terapia con el autismo ha extendido un amplio rechazo entre numerosos padres).
Al otro lado del Atlántico, las autoridades estadounidenses han registrado 48 casos de sarampión desde principios de 2011, la mayoría de ellos procedentes de algún viaje a un país extranjero donde aún existen casos de sarampión ("incluidos algunos de Europa occidental", como subrayan los CDC).
Ninguno de ellos se había vacunado, pese a que allí también está vigente la recomendación de vacunar a los menores a partir de los 12 meses. Por eso, y para evitar la importación de casos, los CDC recomiendan que a partir de ahora se vacune a todos los niños de más de seis meses que vayan a realizar un viaje internacional.
Este organismo argumenta que los síntomas del sarampión (fiebre, tos, erupción cutánea...) no siempre se identifican a la primera lo que puede retrasar el diagnóstico y causar complicaciones: en uno de cada 1.000 casos, el sarampión puede causar inflamación de cerebro (encefalitis); y en una proporción similar la enfermedad puede acabar con la muerte del paciente. De hecho, el amplio periodo de incubación del virus (unas tres semanas desde que se contrae hasta que aparecen los primeros síntomas) favorece el rápido contagio, como ha ocurrido en Minneapolis con un niño procedente de Kenia y que ha causado un brote de 13 casos.
Por eso amplía la recomendación de la vacuna a los seis meses. De hecho, 47 de los 159 casos diagnosticados a estadounidenses entre los años 2001 y 2010 correspondían a niños de seis a 23 meses. En lo que va de año se han registrado siete casos en niños de esas edades, cuatro de los cuales han acabado hospitalizados con complicaciones, según publican los CDC en 'Morbidity & Mortality Weekly Report'.
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