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lunes, 11 de abril de 2011

Desarticulada una banda que usaba a menores para robar


Agentes de la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Local de Arganda del Rey, han desarticulado, en el marco de la operación 'Furat', una banda especializada en el robo de viviendas que contrataba menores para llevar a cabo sus acciones, según ha informado la Benemérita.

Este "activo grupo perfectamente organizado" estaba compuesto por once personas de origen rumano que han sido detenidas con esta operación, y a las que se les imputa unos 70 robos en domicilios de Alcalá de Henares, Arganda del Rey, Madrid y Santa Eugenia.

Las coincidencias encontradas en varios robos ocurridos en Arganda del Rey desde las últimas semanas de 2010 hicieron sospechar a los agentes del Puesto de esta localidad que estaban siendo cometidos por las mismas personas.

Así, las primeras gestiones revelaron la "aparente conexión" que tenían estos robos con algunas detenciones ocurridas en la demarcación, en las que jóvenes, que siempre actuaban solos, eran sorprendidos robando en viviendas a las que habían accedido mediante escalo. Estos indicios, unidos a la detección en Arganda de varias personas sospechosas de origen rumano que podrían estar implicadas en los hechos investigados, provocaron la apertura de la operación 'Furat'.

Escalas o "castillos humanos"

La primera fase de la operación determinó que el grupo encartado actuaba de una forma muy concreta, con una franja horaria entre las 9.30 y las 13.30 horas y entre las 17 y las 21.30 horas, coincidiendo con el periodo de ausencia de los moradores de los domicilios. Los autores accedían a pisos bajos o primeros pisos mediante escalo, bien trepando por las fachadas, o llegando incluso a establecer un "castillo humano" para acceder a alturas más elevadas.

Como medida de seguridad, el autor material del robo colocaba algún mueble voluminoso, una silla delante de la puerta o la cadena de seguridad de la propia puerta para no ser sorprendidos por los propietarios de la vivienda. Sus acciones duraban "escasos segundos", en los que la persona que se había introducido en el domicilio pasaba los efectos a los compinches que aguardaban bajo la ventana.

La segunda fase de la operación 'Furat' sirvió para averiguar la estructura del grupo e identificar a sus miembros. Los agentes corroboraron que los dos jefes de la organización, hermanos, se encargaban de localizar los domicilios donde se iban a producir los robos, coordinar y reclutar a jóvenes para los escalones inferiores.

En el segundo escalón, los individuos con experiencia realizaban labores de seguridad y recogían los objetos robados que les pasaban los miembros del tercer escalón, el cual estaba integrado por jóvenes de 18 años e incluso menores, que cometían materialmente el delito a cambio de 20 euros por robo, y normalmente bajo coacciones, amenazas, golpes y cacheos.

Multas y castigos físicos

Si eran sorprendidos por las Fuerzas de Seguridad o el robo no salía según lo previsto, se les imponían multas y castigos físicos. El destino del botín obtenido era ser vendido "rápidamente" en el mercado negro con el objetivo de no dejar rastro del delito.

En el transcurso de la operación, los agentes observaron que, ante la negativa de algún miembro del grupo a continuar robando, "victima de coacciones y golpes", uno de los cabecillas organizó la llegada desde Italia de tres "experimentados" jóvenes de origen rumano, que habían asumido la comisión de los últimos robos cometidos por el grupo antes de ser detenido.

La fase de explotación de la operación 'Furat' se precipitó cuando se constató que la banda había dado un "salto cualitativo" en sus delitos, realizando robos con violencia e intimidación en tiendas regentadas por ciudadanos de origen chino.

A los once detenidos, todos ellos de origen rumano, se les han incautado una pistola detonadora y decenas de objetos procedentes de las viviendas robadas, además de más de 6.000 euros en joyas, que estaban listas para ser vendidas en locales de empeño. La Guardia Civil continúa el estudio de los efectos recuperados, por lo que no se descartan nuevas imputaciones, ni la detención de algún posible cómplice que no haya sido descubierto hasta la fecha.

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