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sábado, 9 de abril de 2011

Haití: un músico llegó a presidente

La Habana, (PL) Michel Martelly, un cantante de música popular sin experiencia política, tendrá el desafío de encabezar durante los próximos cinco años la reconstrucción del país más pobre del hemisferio occidental, tras ser electo presidente de Haití.

Cuatro meses después de la primera ronda y en un proceso marcado por el alto número de fraudes detectados, el representante del partido Respuesta Campesina alcanzó 67,57 por ciento de los votos válidos, frente al 31,74 de su contrincante, la ex primera dama Mirlande Manigat, del Reagrupamiento de los Demócratas Nacionales Progresistas.

La segunda vuelta, celebrada el pasado 20 de marzo, revirtió los resultados de los anulados comicios de noviembre de 2010, en los que Manigat alcanzó la primera posición y Martelly no clasificó.

Sin un programa de gobierno aún conocido, el músico de 50 años de edad logró incluirse en el nuevo balotaje por presiones de Estados Unidos, Francia y la Organización de Estados Americanos, institución observadora que recomendó la exclusión de Jude Celestin, candidato del partido gobernante Inite, por las irregularidades de la primera ronda.

Aunque hasta el momento se desconoce el número de boletas descartadas durante el recuento de marzo, el Comité Electoral Provisional tuvo que postergar cuatro días el informe previo de las votaciones por la elevada cifra de anomalías encontradas.

Ese ente precisó anular la semana anterior más de 14 por ciento de las 11 mil 182 actas para presidente y otras 15 mil 200, 60 por ciento del total, requirieron análisis de peritos para confirmar su autenticidad.

La publicación de los resultados de la primera ronda el pasado 7 de diciembre generó un caos generalizado por más de tres días, que costó la vida a dos personas y provocó disímiles daños materiales en la infraestructura de Puerto Príncipe.

Tras el anuncio de marzo, se confirmó la muerte de un joven de 15 años de edad, lanzamientos de piedras contra establecimientos y amenazas a emisoras de radio, no obstante autoridades haitianas previeron sucesos más graves.

Días antes de los comicios, el país caribeño se conmocionó por dos regresos, el del depuesto expresidente Jean Bertrand Aristide, tras vivir siete años de exilio en Sudáfrica y el del exdictador Jean-Claude Duvalier, asilado desde 1986 en Francia.

Organizaciones internacionales y países del área temieron que las llegadas complicaran el panorama político, sin embargo ninguno de los dos realizó pronunciamientos proselitistas.

El viaje a la esperanza

En el muro de un mercado de Puerto Príncipe, una mano anónima escribió en creole, la segunda lengua oficial, "dónde, cuándo comenzará nuestro viaje de regreso a la esperanza".

Ese tal vez será el mayor desafío para el nuevo mandatario: intentar la reconstrucción de un país prácticamente destruido y sin infraestructura para iniciar su recuperación.

Haití vive una situación de crisis desde el terremoto de enero de 2010, que dejó más de 300 mil muertos y dos millones de damnificados.

De ellos más de 680 mil residen aún en campamentos donde la situación es cada vez más crítica, a tal punto que las personas comienzan a abandonarlos.

Según la Organización Internacional para las Migraciones la cuarta parte de los albergados fueron presionados para que abandonen las carpas y organismos de ayuda aseguran no dar abasto para conseguir viviendas para tantas personas.

La nación caribeña sufre además una epidemia de cólera que ha cobrado más de cuatro mil 700 vidas y la Organización Panamericana de la Salud estima que el número puede triplicarse en meses venideros, cuando comenzará la etapa de lluvia y empeorarán las condiciones de insalubridad.

En reuniones sostenidas durante el mes de abril de 2011, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reconoció la necesidad de alcanzar progresos rápidos y tangibles en el apoyo internacional como requisito para la estabilidad de la nación caribeña.

Pero más de un año después del sismo la ayuda no llega, la economía haitiana es cada vez más insuficiente y los nueve mil millones de dólares prometidos para la reconstrucción nadie sabe a dónde han ido a parar.

Un hecho vergonzoso, señala el Observatorio de la Deuda en la Globalización, pues la cifra es insignificante, si se tiene en cuenta que representa apenas uno por ciento del gasto militar anual en la guerra de Iraq.

Ante este panorama, tal vez una de las grandes preguntas es qué pasos seguirá el nuevo dignatario para hacer frente a la situación.

El académico haitiano Wilner Metelus, profesor de la Universidad Autónoma de México, indicó que el Jefe de Estado necesita presentar con urgencia un programa de gobierno que materialice las promesas realizadas durante su campaña.

Martelly dice abogar por cambios en el sistema prevaleciente en los últimos 22 años, pero nunca ha dicho cómo realizarlos.

Indicó que buscaría eliminar de la vida política el "odio y la cultura de combate entre diferentes sectores e impulsar los intereses nacionales", pero no qué mecanismos utilizaría para ello.

Por otra parte, no son solo económicos o sociales los avatares del futuro inmediato de Haití. De los resultados preliminares de las elecciones se desprende uno de los principales retos políticos.

El partido Inite, al que pertenece el saliente dignatario René Preval, continuará por cinco años como la principal fuerza política, tras ganar 82 escaños en el Parlamento.

Cuenta ahora con 65 asientos en la Cámara de Diputados, de un total de 99, y con 17 de los 30 posibles en el Senado.

La victoria permite además a esa plataforma designar al nuevo primer ministro del país, quien según la Constitución haitiana, comparte las responsabilidades con el presidente.

Otra gran parte de los puestos serán ocupados por Alternativa, una fuerza opositora, mientras la coalición Respuesta Campesina de Martelly solo logró colocar tres diputados en el Legislativo.

Así, el nuevo Jefe de Estado enfrentará un ambiente no siempre favorable en el Congreso para aprobar las medidas urgentes que precisa el país para salir de la crisis.

El desafío quedará abierto desde mayo de 2011, fecha límite para la transmisión de mando.

Será entonces cuando Martelly iniciará su nueva temporada en los escenarios públicos de Haití, ahora como gobernante, y deberá probar su éxito ya no en la música, sino en la política.

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