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domingo, 27 de marzo de 2011

Toca la flauta pero no compartas....(no es info porno...)

¿Qué niño no ha tenido que aprender a tocar la flauta en el cole? ¿Y cuántos de ellos la habrán compartido en más de una ocasión? A partir de ahora, seguramente, muchos padres van a rogarles que no presten sus instrumentos musicales de viento a los compañeros porque, aunque nutren y cultivan las mentes infantiles, también pueden ser potencialmente peligrosos para la salud.

Thomas Glass y su equipo, de la Universidad de Oklahoma (EEUU), publican un estudio en el último 'General Dentristry' que constata que, tanto los instrumentos de viento de latón, como los de madera, están contaminados con una gran variedad de bacterias y hongos, muchos de los cuales se asocian a enfermedades infecciosas y alérgicas.

"Muchos niños participan en orquestas de su escuela y con frecuencia los instrumentos que tocan son un préstamo", asegura el doctor Glass. "La mayoría de ellos han pasado por distintos estudiantes y, sin un saneamiento adecuado, las bacterias y los hongos pueden crecer durante semanas e incluso meses después de su último uso", agrega.

El investigador estadounidense reconoce que "se ha producido un interés creciente por establecer los mecanismos de transmisión de microorganismos, incluyendo bacterias, hongos y virus, pero poco se sabe de los riesgos específicos que conlleva compartir instrumentos de viento".

Una higiene adecuada

Así, los científicos analizaron 117 partes distintas (boquillas, cámaras internas...) de 13 instrumentos diferentes (clarinetes, saxofones, trompetas, cornetas, entre otros), pertenecientes a chicos y chicas de una banda musical escolar. Los datos revelan que seis de ellos habían sido tocados una semana anterior a la realización el ensayo, mientras que siete no habían sido empleados en cerca de un mes.

El estudio reveló que los instrumentos tenían 442 bacterias distintas, principalmente del género de los estreptococos, además de 58 hongos y 19 levaduras. "Los padres no se dan cuenta de que los hongos en el instrumento de sus hijos pueden contribuir al desarrollo del asma", afirma el investigador principal. Asimismo, las levaduras pueden causar infecciones en la piel, alrededor de los labios y la boca.

Más alarmante resulta "que muchos de los microorganismos hallados son altamente resistente a algunos o a la mayoría de los antibióticos que se utilizan normalmente, incluyendo la meticilina", se aclara en el ensayo.

Un argumento más para que "se limpien después de cada uso con el fin de reducir el número de microbios", aconsejan los investigadores. "Y no sólo la boquilla, ya que las bacterias invaden todo el instrumento", agregan los científicos. Como dato curioso, los investigadores aclaran que "durante el estudio no tuvimos acceso a las historias clínicas de los chicos que habían utilizado los instrumentos, pero el profesor de la banda nos confirmó que en un momento dado, más del 50% de los estudiantes estaba en tratamiento por alguna patología respiratoria".

Por eso, los autores defienden en sus conclusiones que se deberían hacer ensayos para determinar la concentración microbiana en los jóvenes músicos antes y después de que la orquesta toque. "Además, se debería indagar en la historia médica de todos los componentes de la misma para confirmar la información anecdótica obtenida a través del maestro".

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