En España no hay un censo de católicos (el 74% declara serlo según el CIS), ni siquiera de bautizados. Si la "x" del IRPF sirve de pista, el escándalo no ha afectado a la Iglesia porque los que la marcaron en la declaración de junio pasado fueron 7,2 millones, 66.000 más que un año antes.
El catedrático de Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca Juan González-Anleo explica por correo electrónico que las bajas austriacas y alemanas son "probablemente deserciones de carácter últimamente económico, embellecidas con el solemne título de apostasías". Añade: "Las habrá sinceras, desde luego".
En Austria la cifra de deserciones es histórica: 87.393 católicos se dieron de baja en 2010 (un 64% más que en 2009), según informó la Conferencia Episcopal austriaca. Es un récord. "No habíamos tenido un número tan alto de apostasía desde 1945, en el nacionalsocialismo", declaró el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn. La Iglesia admite que el motivo principal es el conocimiento público de numerosos delitos de pederastia cometidos durante décadas por religiosos y profesores de sus instituciones.
La Iglesia en Alemania -que pagará 5.000 euros a cada víctima de abusos (se estiman un millar)- aún no ha difundido las cifras oficiales, lo hará en junio. Pero un sondeo realizado por el diario Frankfurter Rundschau señala que en los obispados afectados por los escándalos, que estallaron hace un año, se han disparado las bajas en la tributación voluntaria a la Iglesia. González-Anleo recuerda que "en el período nazi apostataron más de dos millones de católicos [alemanes]. Desde 1990, 1,78 millones de católicos han seguido ese camino". Para el profesor, el escándalo por los abusos sexuales "es un estímulo y acelerador de las decisiones de apostasía. Existen sin duda otros motivos", añade. Opina que "en España no hay ni de lejos tantos casos de pederastia clerical ni, aún menos, de apostasía masiva", informa Naiara Galarraga.
En Irlanda, la publicación de dos informes oficiales sobre el abuso sistemático de niños por parte de sacerdotes y monjas, y sobre su encubrimiento por parte de la jerarquía católica ha generado un intenso debate social. Pero no se ha traducido en un número significativo de defecciones de la Iglesia: 312 devotos hasta octubre de 2010 (229 fieles tramitaron una Declaración de Defección en 2009), según datos de la Archidiócesis de Dublín.
La ONG CountMeOut, que asesora a católicos que quieren apostatar, asegura que 12.000 personas han revelado su intención de hacerlo, una cifra pírrica frente a los 3,5 millones de católicos irlandeses, informa Patricia Tubella.
Unos 5,45 millones de los 8,4 millones de austriacos (el 65%, la proporción más baja de la historia) estaban registrados como católicos a 31 de diciembre de 2010. Los austriacos pueden pedir la baja por carta o por correo electrónico ante instituciones civiles. Tiene efecto inmediato. Los apostatas se libran de la obligación de pagar su contribución a la Iglesia.
Menos fieles, menos ingresos. La Iglesia en Austria dejó de percibir 5,7 millones de euros en 2010, calculan expertos. La aportación obligatoria es de hasta el 1,1% de los ingresos brutos anuales imponibles, hasta un máximo de 200 euros.El cardenal Schönborn cree que el récord alcanzado "tiene, en gran parte, un origen más profundo" que la pederastia y que las apostasías son "un signo de nueva libertad" y una evolución: de ser "católico por tradición a serlo por decisión".
Cada contribuyente decide en Alemania si destina un dinero a un grupo religioso. Basta mandar una carta a la Agencia de Impuestos para dejar de pagarlo. Allí, las bajas de algunos obispados ilustran la situación. En Augsburgo, 11.351 personas abandonaron en 2010 (el año anterior, 6.953); en la de Rottenburg-Stuttgart, se fueron 17.169 fieles (unos 10.000 en 2009). "Cada una de las bajas nos duele y es una de más", afirmó el obispo Friedhelm Hofmann. "Espero que algunos vuelvan una vez superada la rabia por estos hechos".
"La tendencia en las dos principales Iglesias alemanas [la católica y la evangélica] después de la Segunda Guerra Mundial es la de perder adhesiones", explica Christian Weisner, del grupo católico de base Wir sind Kirche, (en España, Somos Iglesia). Weisner asegura que las razones de esta situación van más allá del escándalo de abusos. "Falta transparencia y dialogo, la gente ya no se siente parte de la iglesia".
"No sabemos los motivos de cada persona que abandona la Iglesia", dice Nina Schmedding, portavoz de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), quien admite que "hay personas se fueron como consecuencia del escándalo de abusos sexuales".
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