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lunes, 14 de marzo de 2011

Erin Brockovich reaviva el caso que llevó su vida al cine


Cuando Julia Roberts ganó el Oscar a la Mejor Actriz por su papel de Erin Brockovich, en sus más de cuatro minutos de discurso sobre el escenario, le dio tiempo para acordarse del resto de nominadas, de Danny DeVito -productor de la película y con gafas de sol entre el público-, del director de la película Steven Soderbergh, del reparto, de los guionistas, del equipo técnico, de su familia, de su agente... Pero olvidó mencionar a la verdadera Erin Brockovich, la mujer de carne y hueso que vendió la historia de su vida por 100.000 dólares y sin cuya existencia la ‘novia de América’ seguiría siendo la prostituta de 'Pretty Woman' en el imaginario de muchos.

El personaje de Roberts que lidera la demanda colectiva de todo un pueblo contra una compañía eléctrica que contaminaba sus acuíferos con cromo está basado en la historia real de una mujer que ahora vuelve a la carga tras descubrir que los niveles de contaminación de la zona siguen siendo demasiado elevados.

Erin Brockovich antes de Julia Roberts

Hija de ingeniero y periodista, la verdadera Erin se crió en Kansas y, tras dejar los estudios, se trasladó a California, donde trabajó como aprendiz de dirección en unos almacenes. La chica se cansó y le dio por la ingeniería eléctrica, pero decidió que aquello tampoco era para ella. Aprovechando su imponente físico de rubia escultural, Erin se lanzó al mundillo de los concursos de belleza y se coronó ‘Miss Costa del Pacífico’ en 1981.

Al poco tiempo, esta mujer inquieta se hartó de ese ambiente -lo consideraba “superficial”- y probó suerte con la vida de casada. El saldo de su primer matrimonio fueron dos hijos y un chantaje con amenazas de destruir su reputación como madre cuando ‘Erin Brockovich’ se convirtió en película de éxito.

Parece ser que a su primer ex marido no le fueron muy bien las cosas como actor después de participar en, R.O.T.O.R. una película de ciencia-ficción sobre un robot diseñado para combatir el crimen y que se escapa para dar rienda suelta a sus instintos asesinos. Más fortuna ha tenido el tercer y actual marido de Erin, también actor y parte de ‘El Príncipe de Zamunda’ y ‘Showgirls’.

Una vida de cine

Pero volviendo a la gran pantalla, la película de su vida estaba a punto de comenzar. Tras trabajar como secretaria en Nevada, tener a su tercer hijo, divorciarse por segunda vez y regresar a California, Julia Roberts toma el relevo.

Enfundada en minifaldas variadas, la actriz recrea cómo Erin Brockovich destapó los vertidos ilegales de la compañía Pacific Gas & Electric, empresa que llevaba 30 años contaminando los acuíferos de la población de Hinkley (California) con un elemento cancerígeno, el cromo VI.

Desde 1991 a 1996, Erin se puso al frente de una demanda colectiva que se saldó como 333 millones de dólares los más de 600 afectados, la mayor indemnización por daños de toda la historia de EEUU. Como propina, la heroína de esta historia se embolsó dos millones por su trabajo durante el proceso e interpretó a Julia, una camarera en la película sobre su vida.

Vuelta a escena

Ahora, quince años después, con varias apariciones en televisión y un libro a sus espaldas, Erin Brockovich ha vuelto a Hinkley con la sospecha de que los vertidos de Pacific Gas & Electric siguen contaminando el subsuelo.

Tras descubrir que los niveles de toxicidad suponen el doble de lo que reconoce la eléctrica, la reina de la belleza reconvertida a activista medioambiental -aunque “adicta a las compras”, según reconoce ella misma- ya ha anunciado que se pondrá en contacto con las autoridades regionales de control del agua y se reunirá con varios miembros del Congreso. ¿Erin Brockovich segunda parte?

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