Aunque en principio pudiera pensarse lo contrario, el debate sobre si se debe permitir o no portar armas en los campus resurgió tras la masacre de la Universidad de Virginia Tech en 2007, donde un estudiante acabó con la vida de 32 personas. Los defensores de las armas de fuego argumentaron entonces y argumentan ahora que aquella tragedia no hubiera pasado -o al menos no hubiera sido tan numerosa- si los estudiantes o el profesorado hubieran podido repeler el ataque al estar armados. En el otro lado de la balanza, para quienes se oponen a las armas en las universidades, Virginia Tech es la mejor prueba de lo peligrosas y mortíferas que son las armas. En opinión de estos últimos, la ecuación alcohol sumado al estrés que en ocasiones sufren los estudiantes suele tener como resultado muertes.
Tejas se ha convertido en el caballo de batalla sobre este tema debido a su cultura de las armas y su enorme extensión, con 38 universidades públicas y más de 500.000 estudiantes en el Estado. Para el senador republicano en el Capitolio de Tejas Jeff Wentworth, se trata exclusivamente de "un asunto de defensa propia". "No quiero que suceda jamás en un campus tejano lo que sucedió en Virginia Tech, donde un loco suicida fue capaz de entrar en los edificios y matar a chicos indefensos como si practicara tiro al pato".
Desde 2007, 23 Estados han rechazado leyes que permitan portar armas en las universidades. Pero en Tejas, las probabilidades de que eso suceda son mínimas, ya que los republicanos tienen mayoría en la legislatura y el Gobernador Rick Perry es un ferviente defensor de las pistolas, de hecho en ocasiones porta una al cinto mientras practica footing.
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