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miércoles, 23 de febrero de 2011

Miembros de una misma familia asesinados en un ataque aéreo en Khogyani (Afganistán)

Pajhwok Afghan News



El ataque aéreo perpetrado por las fuerzas de la OTAN se llevó la vida de un soldado afgano y las de cinco miembros de su familia en el distrito de Khogyani, situado en la parte oriental de la provincia de Nangarhar, según declararon sus parientes y las autoridades del lugar el lunes 21 de febrero.

La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF por sus siglas en inglés) ha tenido ya conocimiento de que el ataque mató e hirió a civiles y ha alegado que investigaría el incidente. El soldado, su mujer y sus cuatro hijos murieron en el ataque nocturno lanzado contra el pueblo de Qilgha, según manifestó el jefe del distrito de Khogyani, Mohammad Hasan, a Pahjwok Afghan News tras visitar a los desconsolados familiares.

Hasan identificó al soldado como Patang y explicó que su hogar fue bombardeado por error por las tropas extranjeras al intentar matar a tres militantes sospechosos de colocar bombas a los lados de la carretera cerca del centro del distrito.

El soldado vivía con sus suegros en Khogyani, dijo Rahimullah, uno de sus familiares. Los niños de Patang –dos hijos y dos hijas- tenían entre tres y ocho años de edad.

Los cuerpos de Patang, que murió camino del hospital, y de sus niños fueron trasladados al hogar de sus padres en su aldea natal en el distrito de Goshta, mientras su mujer fue enterrada en su pueblo, dijo Pasarlay, un vecino del lugar que acusó a las fuerzas extranjeras de interceptar el vehículo que trasladaba al soldado al hospital y de tenerlo retenido durante un par de horas. “Los soldados nos golpearon y nos ataron las manos. Mientras tanto, Patang murió desangrado”. Cuando un intérprete les explicó lo ocurrido, las tropas internacionales se excusaron, dijo el vecino.

El suceso ha sido llevado ante las autoridades en Kabul y ante comandante de la ISAF que tiene su base en Jalalabad, según Faridun Momand, primo de la víctima y miembro de la Jirga Wolesi, de Nangarhar.

La ISAF dijo que estaba investigando los ataques aéreos y que sabían que habían matado y herido a varias personas. Las fuerzas de la coalición habían visto a tres militantes poniendo bombas a los lados de la carretera y habían disparado. Sin embargo, tras el ataque, vieron tres vehículos que corrían hacia el hospital y supieron que el ataque había hecho que se derrumbara el tejado de un recinto cercano.

“Es un accidente muy lamentable”, dijo el Coronel Patrick Hynes, director del Centro del Mando Conjunto de Operaciones Combinadas de la ISAF. “Estamos investigando este trágico incidente para averiguar qué ocurrió e intentar impedir que pueda repetirse. Nos reuniremos con los dirigentes locales de la zona y les aseguramos que tratamos de comprender qué ocurrió. Nuestros pensamientos y preocupaciones están con las familias”.

Tres días antes, durante unas operaciones conjuntas desplegadas por las fuerzas afganas y las tropas extranjeras en la provincia vecina de Kunar, murieron más de 60 civiles. El pasado domingo el gobernador Fazlullah Wahidi dijo que entre los muertos había 20 mujeres y 29 niños y muchachos. “Murieron a consecuencia de una ofensiva terrestre y de ataques aéreos”, dijo.

Los bombardeos se produjeron en la zona de Argal, distrito de Ghaziabad. Una delegación enviada al lugar para que investigara los hechos se encontró con una matanza de 64 civiles y una cifra más elevada aún de heridos.

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