El jefe del equipo de la ONU encargado de investigar los Derechos Humanos en Túnez, Bacre Waly Ndiaye, ha declarado que 219 personas murieron y 510 resultaron heridas durante las revueltas que desembocaron en la caída del dictador tunecino Ben Ali el pasado 14 de enero. Los datos de la ONU contrastan con los suministrados por el recién destituido ex ministro de Interior tunecino, Ahmed Fria, quien había fijado el número de víctimas de la revolución en 78. El Gobierno interino no ha incrementado las cifras de Fria.
En una conferencia de prensa, Bacre Ndiaye, ha especificado que 147 personas murieron como consecuencia de los disturbios iniciados a mediados de diciembre y 72 en los incendios desatados en cuatro cárceles.
Ndiaye ha indicado que estas cifras son todavía "provisionales" y que la ONU prosigue sus investigaciones. En anteriores comunicados este organismo había situado la cifra de muertos en "al menos 100". El Gobierno interino liderado por Mohamed Ghanuchi se ha comprometido a investigar cada una de las muertes que se han producido durante las revueltas y a compensar a las familias afectadas.
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