El telescopio espacial Kepler, de la NASA, ha detectado un sistema planetario compuesto por, al menos, seis planetas que orbitan en torno a una estrella similar al Sol y cuyos tamaños están entre los más pequeños descubiertos hasta ahora: entre 2,3 y 13,5 veces la masa de la Tierra.
Cinco de los nuevos planetas tienen órbitas anuales en torno a su estrella, la Kepler-11, que oscilan entre los 10 y los 47 días, menos que Mercurio, por lo que los científicos estiman que el calor en su superficie debe ser demasiado abrasador como para que pueda existir vida. El sexto, de mayor tamaño, también estaría a una distancia pequeña de la estrella, con una órbita de 118 días, y sería similar a Neptuno o Urano, aunque no se ha podido conocer su masa.
La investigación, en la que han participado Daniel Fabrycky, de la Universidad de Santa Cruz, en California, y su colega Jonathan Fortney, podría ayudar a entender cómo se formó nuestro sistema planetario, dado que, como en el Solar, sus órbitas están en el mismo plano.
El telescopio Kepler localizó los planetas mediante la técnica conocida como de tránsitos: detecta variaciones periódicas en el brillo de las estrellas que se producen cuando los planetas que las orbitan pasan por delante. En función de las oscilaciones en la luz, los investigadores calculan su tamaño y su radio.
En este caso, comprobaron que los cinco planetas más internos del sistema están tan cerca que sus órbitas desvían sus periodos de traslación, lo que les permitió hacer un modelo a partir del cual calcularon las masas, algo que no se había conseguido hasta ahora con los datos del telescopio espacial.
Con estos datos, los investigadores especulan, en el trabajo publicado en la revista 'Nature', sobre la posible composición de los planetas. "Parece como si los dos más cercanos a la estrella estuvieran constituidos principalmente de agua con una fina cubierta de hidrógeno-helio-gas", ha señalado Fortney. "Los otros más alejados tienen una densidad menor que el agua, lo que indica que podrían estar constituidos de una atmósfera de hidrógeno y helio", añade el investigador.
Para el director del Observatorio Astronomico Nacional, Rafael Bachiller, se trata de "un sistema extraordinariamente interesante que puede aportar claves sobre la formación y evolución de nuestro propio Sistema Solar". "La estrella tiene un tamaño, una masa y una composición muy similares a los del Sol. Y el sistema planetario (de al menos 6 planetas) se encuentra en un plano bien definido, un plano que es visto 'de canto' desde la Tierra, lo que favorece la detección de los sucesivos tránsitos de los diferentes planetas".
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