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martes, 25 de enero de 2011

Plaga de ratas : David Cameron quiere un gato en Downing Street


David Cameron es un primer ministro con problemas muy graves entre manos. Pero ninguno tan complejo como la plaga de roedores que mantiene en vilo a Downing Street. El problema lo han destapado las cámaras de la televisión británica, que han captado a varias ratas correteando por los aledaños de la residencia del 'premier'. Al principio, su portavoz intentó esquivar el problema. Pero anoche admitió que Cameron había iniciado los trámites para agenciarse un felino que pusiese freno a la invasión.

Todo empezó hace unos días, cuando una rata se coló en pantalla mientras un reportero de la BBC hablaba delante del portón negro del número 10 de Downing Street. El episodio despertó el interés del equipo del 'premier'. Pero las alarmas no se encendieron hasta el domingo por la noche, cuando otros dos roedores se pasearon por el umbral de la vivienda mientras Lucy Manning hacía su crónica política para los espectadores del canal privado ITV. Manning enseguida relató el incidente en su cuenta de Twitter: "Eran grandes y no eran tímidas, y corrían entre el número 11 y el número 10". Es decir, entre las residencies oficiales del Ministro del Tesoro y del 'premier'.

Hubo quien le dio nombre en Twitter a las ratas: Dave, George y Nick en atención a Cameron, Osborne y Clegg. Y el diputado laborista Michael Dugher dijo con sorna que los roedores habían cogido las riendas del Gobierno de Su Majestad.

El revuelo en torno a las ratas se coló en los encuentros que el portavoz de Cameron mantiene dos veces al día con los corresponsales políticos en Westminster. Al principio dijo que el 'premier' no tenía planes de contratar un gato. Pero anoche hubo un súbito cambio de opinión: el entorno del 'premier' desveló que se había hablado con un centro de acogida de animales y se le estaba haciendo un sitio al minino en Downing Street.

El gato todavía no tiene nombre, pero no será el primero en la residencia oficial del primer ministro. Wilberforce se ganó fama como matarratones entre 1973 y 1987 y acompañó las tribulaciones de cuatro primeros ministros: Harold Wilson, Edward Heath, Jim Callaghan y Margaret Thatcher.

A la muerte de Wilberforce, se coló en el recinto otro felino, bautizado como Humphrey en honor al protagonista de la serie 'Yes, minister': la favorita de la Dama de Hierro. Humphrey sobrevivió a la llegada de John Major pero no al ascenso del nuevo laborismo: Cherie Blair lo despidió a resultas de unos presuntos problemas de higiene.

El último felino en Downing Street no fue un gato sino una gata: respondía al nombre de Sybil y su dueño era Alistair Darling: ministro del Tesoro entre 2007 y 2010. Sybil se volvió a Escocia seis meses después de llegar porque no soportaba la vida en la residencia de su amo. David Cameron hará votos por que esta vez no ocurra lo mismo.

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