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lunes, 29 de noviembre de 2010

El capitán del Barça disputará hoy su partido número 25 contra el Madrid


Desde el 13 de octubre de 1999 no se concibe un clásico sin la presencia de Carles Puyol Saforcada (La Pobla de Segur, Lleida; 1978). Aquella noche, en la séptima jornada de una Liga que terminó ganando el Barcelona, el Camp Nou disfrutó de un buen partido, hubo empate (2-2) y, a pesar del nefasto arbitraje de Díaz Vega, se vivió una fiesta de fútbol de ataque a la que se sumó, en el minuto 37, un joven peludo que solo tres meses antes había estado a punto de fichar por el Málaga. Han pasado 11 años y 24 partidos contra el Madrid: 22 de Liga y dos de las semifinales de la Copa de Europa de 2002. Puyol, convertido en referente, héroe y mito, jugará hoy su encuentro número 25 contra el Madrid. Si hay un clásico, ese es Puyol.

"¿Tantos? Son muchos, ¿no? No tenía ni idea de que hubiera jugado ya todos esos partidos... Eso significa que cada vez tengo más cerca la jubilación", bromea Puyol al conocer el dato. Entonces rebobina y encuentra en el cajón de la memoria aquel primer recuerdo: "Debuté en el Camp Nou contra el Madrid. Esperaba ese primer partido con una ilusión tremenda y las circunstancias hicieron que coincidiera con la visita del Madrid, así que imagínese si fue especial el debut... ¡Mi primer clásico!". Pese a la emoción, no guarda, sin embargo, un buen recuerdo. "Nos empataron en los últimos minutos". De hecho, ni siquiera sabe qué hizo con aquella camiseta: "Creo que la tengo, pero no estoy seguro". Las que sí guarda son muchas de los rivales a los que se ha enfrentado: "De Raúl y de Casillas tengo varias. También de Ronaldo, Zidane y Figo".

El día que Puyol debutó en el clásico Piqué estaba en el campo, sentado en la grada, con su padre y su hermano. Tenía 12 años y ya jugaba en las categorías inferiores del Barça. "Supongo que lo vivirá de manera especial, pero no se le nota", explica. "Yo le veía jugar cuando era un crío. Para mí es como si Puyi llevara toda la vida jugando estos partidos. Recuerdo perfectamente el día que marcó a Figo", comenta el que hoy será su pareja en el eje de la zaga.

Xavi tampoco ha olvidado aquel duelo: "Perseguía a Luis por todo el campo y la sensación es que le sabía mal tener que marcarle. Figo siempre estuvo muy pendiente de nosotros cuando subimos al primer equipo. Nos trató muy bien. Y a Carles le generaba una extraña sensación lo de tener que perseguirle", admite el centrocampista. Y añade: "Que Puyol lleve jugados tantos clásicos demuestra lo que significa para este club. Tengo la sensación de que siempre que jugamos contra el Madrid él está en el campo".

Solo Migueli, con 25 partidos de Liga y una final de Copa, supera los 25 partidos contra el Madrid que esta noche alcanzará su legítimo heredero en la retaguardia barcelonista. Rexach, con 21 de Liga y dos de Copa, es el tercero en la clasificación. Si le das a elegir, Puyol lo tiene claro: el 2-6 en el Bernabéu es insuperable.

"El clásico es un partido especial, no cabe duda", afirma. "Básicamente, por lo que representa a nivel emocional. Porque, a fin de cuentas, por mucho que sea el partido del siglo, solo son tres puntos", dice Puyol antes de apuntar que esta vez nota el ambiente más relajado que otros años: "No hay tanta euforia como otras temporadas. Nadie habla de goleada y prefiero que sea así. En ese sentido, puede que el ambiente nos haya afectado: nos ha costado más ganar en nuestro campo que en el suyo".

Para el capitán, en 24 partidos, no ha habido un Madrid fácil: "El curso pasado nos costó mucho ganarles. Jugaron muy bien". Y no cree que las cosas sean diferentes esta vez: "Son muy fuertes defensivamente y muy buenos a la contra, con gente muy rápida delante, que marca diferencias". Al respecto, lo tiene claro: "No jugamos contra Mourinho ni contra Cristiano. Tienen gente tan buena...". Siempre ha sido así, aunque, puesto a señalar, no lo duda: "Ronaldo y Raúl han sido los delanteros que más problemas me han dado".

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