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jueves, 21 de octubre de 2010

La Generalitat organizará todo el tráfico ferroviario excepto los AVE

El 1 de enero próximo el Gobierno catalán unirá a la gestión de Rodalies la de los trenes regionales que circulan por las líneas de ancho ibérico. Con ello, solo los trenes de largo recorrido y los que circulen por las vías de ancho europeo y con alta velocidad quedarán fuera de su competencia. El pacto para este traspaso fue firmado ayer en Barcelona por el presidente del Gobierno catalán, José Montilla, y el ministro de Fomento, José Blanco. Ambos destacaron que la medida da cumplimiento a lo estipulado en el Estatuto. "Es nuestro Estatuto", enfatizó Blanco, y añadió: "Nosotros lo votamos".

El mecanismo seguido es el mismo empleado para el traspaso de Rodalies, hasta el punto de que la Generalitat proyecta la integración a medio plazo de todo el sistema ferrroviario. El servicio de regionales mueve 800 trenes cada semana, con unos 11 millones de viajeros cada año.

Son siete las líneas que se traspasan. Desde Barcelona hacia el norte, la que enlaza con Girona, Portbou y Cerbere (4,7 millones de pasajeros cada año). Por el sur, la que tiene mayor número de usuarios es la Barcelona-Tortosa (2,1 millones), que se ve reforzada por una segunda línea que une Barcelona con Castellón y Valencia, con parada en L'Aldea, que transporta 792.000 pasajeros cada año. También por el sur, la línea Barcelona-Reus-Riba-roja da servicio a unos 900.000 usuarios anuales. En la misma vía, se ofrecen unos cuantos servicios que superan Riba-roja para dirigirse a Zaragoza, con 1,3 millones de viajeros. A estas líneas hay que añadir las dos interiores: la que une Barcelona con Lleida por Manresa, con medio millón escaso de pasajeros, y la que va de Zaragoza a Lleida por Monzón, que tiene solo 72.500 pasajeros al año.

El traspaso deja fuera los trenes Avant que viajan entre Lleida, Tarragona y Barcelona por la línea de alta velocidad a 220 kilómetros por hora, un servicio que es utilizado por unos 400.000 viajeros cada año, y subiendo. El motivo, explicó ayer el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, es que tienen una estructura tarifaria distinta, de modo que su gestión se aplaza hasta que entre en funcionamiento la línea de Girona, lo que permitirá una reforma general de todos los servicios ya que todos los trenes de larga distancia y prácticamente todos los que enlacen las cuatro capitales catalanas pasarán a las vías de alta velocidad, permitiendo aumentar las frecuencias de los cercanías y otros regionales.

El pacto deja pendiente la valoración económica, aunque se trata de un asunto menor porque, mientras que Rodalies es un servicio deficitario y su traspaso exigía compensaciones de Fomento a la Generalitat, las tarifas de los trenes regionales cubren prácticamente el coste.

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