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jueves, 21 de octubre de 2010

Guiño a la izquierda y vieja guardia para recuperar las bases

José Luis Rodríguez Zapatero ha dado un nuevo golpe de timón para enderezar el rumbo de un Gobierno en deriva electoral y de confianza. Con la estabilidad que ofrecen los pactos con el PNV y CC para garantizar la supervivencia del Ejecutivo hasta el final de la legislatura, el presidente ha dado el paso para afrontar una remodelación amplia de fondo y forma en la que emerge la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba como hombre fuerte. La reestructuración va más allá y supone un giro a la izquierda y un gabinete con mayor peso político para recuperar a las bases y dar la vuelta a las encuestas.

El movimiento de Zapatero hay que entenderlo por partida doble. Por un lado está el Gobierno y, por otro, el PSOE. En el horizonte, las elecciones y recuperar la confianza ciudadana. En ambos escenarios hay claros ganadores y profundas lecturas políticas. La 'vieja guardia' socialista recupera mucho peso. Rubalcaba asciende a vicepresidente primero y el histórico Ramón Jáuregui vuelve para asumir Presidencia. El presidente tira de veteranía y experiencia para frenar la sangría de votos y deja salir a dos ministras jóvenes como Bibiana Aído y Beatriz Corredor.

No obstante, Zapatero pierde a De la Vega, una marcha simbólica que indica un cambio de etapa. Con ella se va la base sobre la que se han sustentado los diferentes gabinetes desde 2004. Muchos años en los que ha lidiado con demasiados miuras, muchos años siendo la cara y voz de la política del Gobierno.

De la Vega, ovacionada en el Congreso por, entre otros, Zapatero. | Alberto Di Lolli

De la Vega, ovacionada en el Congreso por, entre otros, Zapatero. | Alberto Di Lolli

Rubalcaba mantiene la cartera de Interior de Zapatero y se convierte en la piedra angular del nuevo equipo. El ministro mejor valorado, al que el presidente recurrió para acabar con ETA, también será la nueva cara y voz del Ejecutivo como portavoz. Zapatero echa mano de su oratoria y su amplio recorrido político para mejorar la comunicación.

Rubalcaba se sitúa como 'número dos' y aparece como 'delfín' para una hipotética sucesión en el caso de que finalmente haya 'postzapaterismo' si el presidente no repite como candidato. Desde hace meses es junto a José Blanco el principal interlocutor del presidente del Gobierno, por lo que podría haber tenido una implicación personal en la elección de los cambios anunciados hoy. Indirectamente con este nombramiento también traza un cierto paralelismo con el líder del PP, Mariano Rajoy, quien compaginó la vicepresidencia primera con Interior entre el año 2001 y 2002. Eso sí, Rajoy no fue portavoz hasta que llegó a Presidencia.

Blanco, más poder en el PSOE

En el ámbito del PSOE, el ganador es José Blanco, que aglutina más poder con la salida de Leire Pajín como secretaria de Organización del partido y tendrá mano libre para liderar todas las cuestiones electorales que se avecinan en 2011 y 2012. El vicesecretario general socialista será quien coordine las dos grandes campañas que quedan. Es probable que haya estado en la 'cocina' de todos estos cambios. Por debajo del 'número dos' del PSOE, estará Marcelino Iglesias, que sustituye a Pajín, ahora titular de Sanidad.

Blanco, con Zapatero. | Efe

Blanco, con Zapatero. | Efe

Un dirigente socialista consultado por Europa Press resumía así los cambios: "La clave es la continuidad de Zapatero, se blinda a sí mismo, mejora la comunicación con Rubalcaba y Jáuregui, refuerza la Organización (con el desembarco de Marcelino Iglesias como secretario) y lanza una ofensiva política". "Zapatero se ha dado cuenta de que no es momento de fotos, sino de política con mayúsculas", apuntan en el entorno de uno de los 'barones', subrayando que este Gobierno no es simplemente para acabar la legislatura, sino para dar la vuelta a las encuestas adversas para el PSOE. Numerosos dirigentes socialistas coinciden en calificar la remodelación como un "refuerzo político de primer orden".

Tiende la mano para reconciliarse con los sindicatos

Zapatero es consciente que para remontar las encuestas necesita recuperar la confianza de las bases de la izquierda. Y ahí están los sindicatos, que recientemente desafiaron su reforma laboral con una huelga general. El jefe del Ejecutivo quiere recomponer las relaciones y para ello confía Valeriano Gómez para asumir el Ministerio de Trabajo, la 'patata caliente' que se sabía desde hacía semanas que quedaba libre. Gómez es un gran defensor del diálogo social y en su curriculum hay importantes acuerdos entre sindicatos y empresarios.

Se da la circunstancia que el nuevo ministro de Trabajo participó en la manifestación del 29-S (no secundó la huelga) contra la reforma laboral que tendrá que impulsar. Pero además, tiene otro 'marrón' por delante: reformar las pensiones, cuyo punto más crítico es el retraso de la edad legal de jubilación a los 67 años.

Jáuregui vuelve de su aventura como eurodiputado, puesto que asumió con orgullo aunque pidió no alejarse mucho tiempo de la escena nacional. Tan sólo un año después, Zapatero recompensa al eterno candidato a ministro y, por fin, le ofrece una cartera tras más de 30 años de carrera política, un guiño a la izquierda del presidente al devolver a la primera fila a un miembro de la vieja guardia socialista.

Jáuregui, en la Eurocámara. | Reuters

Jáuregui, en la Eurocámara. | Reuters

En un principio se pensó que sería el sustituto de Corbacho, por su gran experiencia sindical como miembro de UGT y su pasado de abogado laboralista. No obstante, su experiencia en puestos de responsabilidad en el Gobierno vasco y capacidad de diálogo le han servido para el Ministerio de Presidencia, donde se ocupará fundamentalmente de las relaciones con las Cortes, con los grupos parlamentarios y de la coordinación gubernamental. El Sindicato Unificado de la Policía no ha tardado en alabar esta decisión y da la bienvenida al tándem Jáuregui-Rubalcaba, perfecto para la lucha contra ETA en un momento en el que está por ver si la izquierda abertzale rompe con la banda terrorista y si finalmente está presente en las elecciones.

El nombramiento de Rosa Aguilar como ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino también puede leerse como un gesto al electorado de izquierdas. Esta histórica figura de Izquierda Unida -35 años de militancia en el PCE- pasó de ser candidata a tomar las riendas de la formación a entrar en el gobierno socialista de Andalucía. Recoge una cartera plagada de retos: el futuro del sector agrario, la lucha contra el cambio climático y reforzar las políticas medioambientales.

Trinidad Jiménez continúa como la 'niña bonita' de Zapatero. Hay quien ve su nombramiento como ministra de Exteriores como un jugoso premio por arriesgarse por encargo de Zapatero en las primarias de Madrid, donde perdió ante Tomás Gómez. Precisamente esa derrota abrió el debate de si el PSOE ha llegado la era del 'postzapaterismo', una crisis de liderazgo inédita desde que Zapatero se puso al frente del partido.

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