Una mujer de 77 años, adicta a las compras, murió en su casa del norte de Inglaterra luego de quedar sepultada bajo una montaña de maletas donde mantenía guardados los miles de objetos que adquirió a los largo de los años.
Según publica 20minutos,Joan Cunnane pasaba varias horas al día recorriendo tiendas y tenía su casa repleta de todo tipo de baratijas, al punto que había acumulado 300 bufandas, entre otras cosas.
El problema, es que a medida que acumulaba objetos, los que iba guardando en maletas, su vivienda de Heaton Mersey, al norte de Inglaterra, le fue quedando cada vez más pequeña y ya ni tenía espacio para moverse, pese a que era soltera y vivía sola.
Fueron los vecinos quienes alertaron el pasado 26 de diciembre a la policía, preocupados porque hacía dos días que no la veían.
Luego de revisar la casa, tarea que les costó porque estaba repleta de objetos, los efectivos encontraron en una de las habitaciones a la mujer, muerta por deshidratación, bajo una montaña de maletas que contenían miles de objetos.
Aparentemente, Cunnane buscaba una pertenencia en particular, pero las maletas se desprendieron, le cayeron encima y quedó “enterrada”.
“Creo que le producía placer comprar cosas, aunque ninguna era especial.
Una vez le pregunté cuántas bufandas tenía y ella dijo que debía tener unas trescientas. Le pregunté para qué necesitaba tantas y ella contestó ‘son todas de distintos colores’”, relató un amigo de la mujer, Roy Moran, de 77 años, quien pasó la última Navidad con ella.
Según publica 20minutos,Joan Cunnane pasaba varias horas al día recorriendo tiendas y tenía su casa repleta de todo tipo de baratijas, al punto que había acumulado 300 bufandas, entre otras cosas.
El problema, es que a medida que acumulaba objetos, los que iba guardando en maletas, su vivienda de Heaton Mersey, al norte de Inglaterra, le fue quedando cada vez más pequeña y ya ni tenía espacio para moverse, pese a que era soltera y vivía sola.
Fueron los vecinos quienes alertaron el pasado 26 de diciembre a la policía, preocupados porque hacía dos días que no la veían.
Luego de revisar la casa, tarea que les costó porque estaba repleta de objetos, los efectivos encontraron en una de las habitaciones a la mujer, muerta por deshidratación, bajo una montaña de maletas que contenían miles de objetos.
Aparentemente, Cunnane buscaba una pertenencia en particular, pero las maletas se desprendieron, le cayeron encima y quedó “enterrada”.
“Creo que le producía placer comprar cosas, aunque ninguna era especial.
Una vez le pregunté cuántas bufandas tenía y ella dijo que debía tener unas trescientas. Le pregunté para qué necesitaba tantas y ella contestó ‘son todas de distintos colores’”, relató un amigo de la mujer, Roy Moran, de 77 años, quien pasó la última Navidad con ella.
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