Ashkenazi ha entregado a la comisión (creada por el propio Gobierno israelí) la copia de una carta que envió al primer ministro, Benjamín Netanyahu, antes de que la flotilla zarpara de Chipre. En la carta, el teniente general rogaba que se consiguiera algún tipo de solución política porque la solución militar tenía muchas probabilidades de resultar violenta.
Según Ashkenazi, sus soldados hicieron lo correcto en una situación "caótica". "El principal error", ha dicho, "consistió en creer que había solo 10 o 15 personas en cubierta [del Mavi Marmara] y que podríamos lanzar unas granadas no letales, despejar el espacio y hacer descender a los soldados por la cuerda. Deberíamos haber utilizado tiradores de precisión para neutralizar a quienes trataban de obstaculizar a nuestros soldados". Ha añadido que si se producía en el futuro una situación similar, el Ejército apostaría francotiradores.
"No era terrorista"
El máximo jefe militar ha explicado también que los servicios de inteligencia no investigaron quién iba a bordo del Mavi Marmara porque la organización que financiaba la mayor parte de la expedición, la ONG turca IHH, "no era considerada terrorista y procedía de un país amigo como Turquía". Los soldados que asaltaron la nave esperaban resistencia, ha declarado, pero no violencia.
Como el primer ministro Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak, en sus comparecencias del lunes y el martes, Ashkenazi ha asegurado que mantener el bloqueo naval sobre Gaza resultaba "fundamental" para la seguridad de Israel: "Si se abriera el puerto de Gaza, entrarían armas de países que apoyan el terrorismo, fundamentalmente Irán".
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