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sábado, 3 de julio de 2010

SEBASTIÁN ABREU "Estamos haciendo historia, pero tenemos otros sueños"

El "Loco" salió del vestuario sin el saco del traje puesto. Lo traía en una mano, mientras en la otra sostenía bien en alto la filmadora con la que le apuntó al grupo de periodistas uruguayos que lo esperaban al final de un largo corredor, por el que lo vieron venir lentamente, de a poco, al tiempo que decía: "¡Hoy son todos míos, hoy los tengo a todos para mí!"


-¿Qué siente? ¿Es consciente de lo que hizo?

-Era un sueño y en la medida que fuimos avanzando en el Mundial fuimos consolidando un juego, una estructura defensiva y ahora estamos entre los cuatro mejores del mundo. Hice lo que estamos haciendo con todos los compañeros de este grupo; historia, aunque todavía falta, tenemos otros sueños, otras ilusiones. Seguimos mirando con fuerza hacia el futuro.

-¿Cuáles son los sueños?

-Ahora logramos lo que consiguió la selección en 1970, pero vamos en el camino de las del 24, el 28, el 30 y el 50. Son cosas que a uno le gusta intentar y, bueno… como dicen en el barrio: ahora que estamos en el baile, hay que seguir bailando. Y, como dijimos siempre, tenemos hambre de gloria.

-¿No pensó que el arquero podía imaginarse que le iba a picar la pelota?

-No, porque él también podía interpretar que en un penal decisivo en un partido importante de un mundial, yo no lo iba a hacer. Son pulseadas que se dan. Yo analicé que era la manera correcta y por eso lo patée de esa forma. Gracias a Dios estuve en lo correcto, porque era el penal del partido.

-¿Eso es suerte?

-¿Suerte? No, acá no hay nada al azar, a uno le gusta, se dedica, se prepara, no sólo físicamente, sino también mentalmente. Yo esta vez entré sabiendo que tenía 15 minutos y yo me había preparado bien, para que cuando me dieran la oportunidad, pudiera aprovecharla.

-Lo de picar la pelota en el penal, ¿lo decidió en ese momento o lo había decidido antes, en los días previos, por si entraba y le tocaba?

-No, no, uno eso lo define en el mismo partido, analizando al arquero y, sobre todo, viendo cómo se va presentando la definición. Fue ahí, en ese instante.

-¿Le decía algo a la pelota? Porque la agarró entre sus manos, la miraba muy fijo y era como que le hablaba, aunque más no fuera con los ojos.

-Tranquilidad, tranquilidad… porque sabía que nadie me iba a apurar, porque la decisión de adónde iba a patear era mía, así que tenía que jugar un poco con los tiempos del arquero. Estaba muy tranquilo y confiado en lo que tenía que hacer.

-¿Qué le pidió Tabárez cuando lo puso?

-Que molestara todo lo que pudiera, que estuviera siempre entre los centrales, que estirara al equipo hacia adelante, que pivoteara, que ayudara a tapar al 5 de ellos cuando Ghana tuviera la pelota, y… bueno, que esperara el juego que se estaba generando por afuera, para tratar de definir en el área. Traté de responder en todo eso en un partido que esta bravísimo.

-¿Qué le pasó por la cabeza cuando el juez cobró el penal en contra en la hora?

-Y… que no puede ser que llegáramos así hasta el final y nos pegaran de esa forma. Pero… bueno, el penal que hace Luis va a tener un valor enorme, porque por encima de todo ya quedó grabado en la historia de los mundiales.

-¿Le dijo algo a Suárez, después de terminado el partido? Porque ustedes son muy compinches.

-Primero le hice ver la importancia que tuvo esa decisión que tomó y que se tiene que sentir contento y tranquilo, porque nos dio la posibilidad de estar donde estamos ahora. Que no se preocupara por la tarjeta roja que recibió.

-¿Le dijeron cómo está viviendo esto la gente en Uruguay ahora?

-Estoy agradecido a Dios, a la gente, que ya nos premió, ya nos dio un regalo. Uno trata de dar lo mejor y si el de arriba me da esta bendición para ayudar a Uruguay, bienvenido sea. Me imagino cómo deben estar, pero no quiero pensar mucho.

-¿Por qué? ¿No lo disfruta?

-Sí, claro… pero cuanto más viejo, uno más sensible se pone y, entonces, por ahí aflojo.

-Pero, no está mal emocionarse con situaciones de esta naturaleza.

-No, por supuesto. Esto es maravilloso y todos los uruguayos nos merecíamos vivir algo así. Teníamos que responder a la historia grande de nuestro fútbol y, por suerte, estamos respondiendo a todos los que nos marcaron el camino.

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